El apoyo a Tel Aviv hunde a Biden entre los votantes musulmanes
El rechazo puede tener consecuencias fatales en los estados bisagra
Asegura la Casa Blanca que ha sido una coincidencia pero cuesta ver como casual que la orden ejecutiva que Joe Biden firmó el jueves abriendo la puerta a sanciones a colonos israelís por la violencia contra los palestinos en Cisjordania haya llegado cuando lo ha hecho. Poco después de la firma el presidente de EEUU se subía al Air Force One rumbo a Michigan, donde en Warren, a las afueras de Detroit, tenía un acto de campaña organizado para celebrar el reciente respaldo que le ha dado el liderazgo del principal sindicato de trabajadores del motor. Pero es en Michigan también uno de los lugares donde se vive de forma más palpable la indignación y la furia de la comunidad árabe de EEUU con el presidente por su apoyo inquebrantable a Israel en su agresiva respuesta militar en Gaza a los atentados de Hamás, una guerra que ha dejado ya más de 27.000 palestinos muertos en la Franja. Y ese rechazo es algo que puede tener serias consecuencias electorales para el demócrata.
En 2020 Biden ganó por algo más de 154.000 votos de los 5,5 millones emitidos este estado cada vez más bisagra, en el que Donald Trump se había impuesto cuatro años antes a Hillary Clinton por 10.000 papeletas. Se llevó cerca del 70% del voto musulmán. Pero desde que se inició el último conflicto en Gaza el apoyo a Biden se ha desmoronado, algo que ha ocurrido no solo en Michigan sino a nivel nacional. Y el presidente ha pasado de disfrutar de una aprobación del 59% a tener solo el 17%, según una encuesta que hizo a finales de octubre el Arab American Institute.
El rechazo y hasta el abandono a Biden en Michigan, donde hay más de 200.000 votantes musulmanes registrados y otros 300.000 con ancestros en Oriente Próximo o el norte de África, es especialmente visible en Dearborn, la ciudad en las afueras de Detroit que es la única de EEUU donde los árabe son mayoría (el 54% según el último censo). Pero se extiende más allá. Y la recepción al presidente fue el jueves, más que fría, gélida.
ANTIDISTURBIOS En el acto en Warren, en un condado que Trump ganó en las dos últimas presidenciales por amplios márgenes, Biden cortejaba el voto trabajador. Pero mientras charlaba con empleados que hacen llamadas a favor de su campaña, fuera la policía con escudos antidisturbios mantenía a distancia a unos 150 manifestantes propalestinos.