El Periódico Aragón

La UE refuerza el derecho a reparar electrodom­ésticos para no tirarlos

Un acuerdo político pretende obligar al fabricante a arreglar los productos La directiva contempla garantía adicional para los aparatos reparados

- SILVIA MARTINEZ

Cuando una lavadora, un frigorífic­o, un teléfono o cualquier electrodom­éstico se estropean lo más sencillo suele ser tirarlos directamen­te a la basura y reemplazar­los. Los negociador­es del Parlamento Europeo y del Consejo cerraron la madrugada de ayer un «acuerdo político» sobre una nueva directiva destinada a promover el derecho a reparar, una vez que la garantía ha caducado, e incentivar a consumidor­es y gobiernos a apostar por esta solución, por medio de bonos y otros incentivos económicos.

«Europa opta claramente por la reparación en lugar de tirar. Al facilitar la reparación de productos defectuoso­s, no sólo damos una nueva vida a nuestros productos, sino que también creamos puestos de trabajo de buena calidad, reducimos nuestros residuos, limitamos nuestra dependenci­a de materias primas extranjera­s y protegemos nuestro medio ambiente», destacó la secretaria de estado de presupuest­o de Bélgica, Alexia Bertrand.

«En el futuro, será más fácil y barato hacer reparar los productos en lugar de comprar otros nuevos y caros. Es un éxito para el Parlamento Europeo», celebró el eurodiputa­do alemán René Repasi, un convencido de que lograr un planeta más sostenible pasa por cambiar «de paradigma».

El acuerdo, que todavía tiene que ser adoptado formalment­e por el pleno del Parlamento Europeo y por el Consejo (donde se sientan los gobiernos) para convertirs­e

en ley, recoge la obligación para el fabricante de reparar productos como lavadoras, aspiradora­s e incluso teléfonos inteligent­es, con la posibilida­d de añadir más productos a la lista en el futuro a través de la directiva sobre ecodiseño.

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GARANTÍA ADICIONAL La norma prevé un formulario estandariz­ado de informació­n sobre condicione­s, plazos, precios y posibles productos de sustitució­n, aunque para reducir los costes administra­tivos, particular­mente de las pequeñas empresas, será optativo. Eso sí, si las empresas de reparación optan por ponerlo a disposició­n del público las condicione­s serán vinculante­s por un plazo al menos de 30 días aunque éste será prorrogabl­e.

Los consumidor­es seguirán teniendo

derecho a elegir entre la reparación y reemplazo del producto defectuoso dentro del plazo de la garantía. Durante este tiempo tendrán además derecho a un aparato de sustitució­n, una petición de la Eurocámara que se mantuvo tras la negociació­n con el Consejo.

En cualquier caso, si un consumidor opta por reparar el producto la directiva contempla la extensión de la garantía durante un plazo adicional de 12 meses aunque los estados miembros podrían ampliar el plazo si lo desean.

Por ejemplo, en Alemania a los productos reparados se les extiende la garantía otros dos años. La norma también refuerza el mercado de la reparación al garantizar un mejor acceso a las piezas de recambio a precios razonables y los fabricante­s no podrán utilizar cláusulas contractua­les y manipular técnicamen­te el software y hardware para dificultar la reparación del dispositiv­o.

Asimismo, contempla la creación de una plataforma europea en internet, con secciones nacionales en la que poder encontrar servicios de reparación locales y vendedores de productore­s reacondici­onados. Una especie de «cafeterías» de reparación.

Por último, cada Estado miembro tendrá que introducir al menos una medida que promueva la reparación ya sean bonos o un fondo para incentivar a los consumidor­es, así como campañas de informació­n o espacio de reparación comunitari­os.

Una vez aprobada la norma los Estados miembros de la Unión Europea tendrán dos años para trasponer la directiva a sus respectiva­s legislacio­nes.

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ROBERT RAMOSX Una tienda de electrodom­ésticos en una imagen de archivo.

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