El mercado de Cordero al estilo de Velázquez
En un final de mercado al borde de un ataque de nervios, el Real Zaragoza cerró la ventana de enero con la esperadísima firma de la cesión de Raúl Guti, que vuelve a casa después de haberse marchado al Elche hace tres años y medio, el préstamo de Bermejo al conjunto alicantino en un intercambio de cromos aunque no lo haya sido en sentido estricto y la contratación sorpresa de un lateral derecho, el franco-argelino Akim Zedadka, que procede del Lille, quinto clasificado de la Ligue 1, donde no tenía minutos. Los tres se unen a Edgar Badía, que ya lleva por estas tierras varias semanas y su presencia bien que se ha notado.
Dado que varias de las negociaciones en las que ha estado enfangado hasta las trancas eran de máxima dificultad por su complejidad deportiva, financiera y a nivel de competencia con otros equipos, Juan Carlos Cordero se dejó la mayor parte de los deberes para un último día frenético aunque le hubiera gustado entrar en febrero de modo más sosegado. Al final, el director deportivo ha culminado tres entradas, un portero, un lateral derecho y un centrocampista, y cerrado dos salidas, el citado Bermejo y Marcos Luna, que se fue al Real Unión de Primera RFEF. Si algún mercado exótico no lo remegunos habrá cuatro porteros. Poussin no quiso irse al Albacete.
El plan ha tenido éxitos y algunas decepciones a lo largo de 31 días larguísimos. Fundamentalmente responde a varias cuestiones, pero sobre todo al objetivo de apuntalar con varias piezas más el modelo de juego que Julio Velázquez está usando en el Real Zaragoza, la base de tres centrales con dos carrileros. El club incorporó primero a Edgar ante la necesidad máxima de reforzar la portería por la baja de Cristian y el agujero negro que se había abierto.
La llegada de Zedadka se debe a la voluntad de fortalecer la posición de carrilero derecho, donde solo Gámez tiene las condiciones ofensivas para lo que el técnico pretende. La contratación de Guti, más allá del efecto emocional que produce, se debe al deseo de meter más piernas, kilómetros, físico y músculo en el medio del campo, uno de los puntos flacos del equipo hasta ahora.
La SAD se dejó sin cubrir la baja de Nieto en el lateral izquierdo. Con el actual sistema, además de Lecoeuche, Valera y Mollejo han actuado ya en ese carril. Y no realizó ninguna incorporación para el ataque a pesar de haber intentado varias en estos 31 días. Bebé fue imposible y Juan Cruz, al que Cordero dedicó muchas horas, algún viaje y un empeño especial por las condiciones desequilibrantes y técnicas del futbolista, se escapó a última hora.
A la espera de ver si acude al mercado del paro, donde hay aldia,
delanteros interesantes, de momento el Zaragoza no ha reforzado su línea de ataque, ni la punta ni sus acompañantes. Se echa en falta haber comprado velocidad, regate, chispa, asistencias y cierto gol. Cordero lo ha fiado todo a lo que contrató en verano, a la recuperación de Bakis y al resurgimiento de jugadores que, hasta ahora, no han estado bien.
Entre todos los atacantes, incluyendo a Maikel Mesa, suman 15 goles y el equipo en su conjunto, 24, cifras incompatibles con el sueño del ascenso. Si el director deportivo no se saca un conejo de la chistera del paro, los puntas que ya estaban deberán obligatoriamente mejorar su producción goleadora y Velázquez encontrar la fórmula para que el Zaragoza genere mucho más juego, más volumen en campo contrario y más oportunidades para marcar.
El entrenador está poniendo mucho énfasis en la seguridad atrás, en no encajar y en evitar las derrotas a toda costa, aunque sea sumando lentamente con empates (el partido de Alcorcón es una buena muestra). Para llegar al objetivo del club, fijado públicamente de manera clara por Jorge Mas, tendrá que dar un paso al frente, querer más y ganar en ambición. Armas tiene más de las que últimamente ha parecido.
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