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¿Cómo de cerca está Aragón de conseguir el regadío para esas 50.000 hectáreas?
– Pues tan cerca como consigamos regular más agua. Tenemos que ser ambiciosos con la regulación. Las alternativas que hay son muchas y yo soy partidario de buscar almacenamiento en los cauces de los ríos. Vamos a evitar siempre el gasto de energía, pero ahora también hay muchas soluciones a través de combinar los diferentes instrumentos energéticos.
¿Y sobre el trasvase?
– Lo rechazamos totalmente. Nosotros hablamos de solidaridad y cuando yo he oído hablar de solidaridad en el ámbito del trasvase a nivel nacional, estoy de acuerdo. Pero es que da la casualidad que ahí donde se pretende llevar el trasvase desde hace tiempo está viendo un trasvase de recursos físicos, materiales y económicos. Políticamente es lo que nunca se debe hacer. Yo entiendo que aquí en Aragón no pudo haber aragoneses de primera y de segunda, pero ahora en España hay españoles de primera, segunda, tercera y cuarta. No nos pueden hablar de trasvase aquellos que están haciendo otro tipo de trasvases hacia regiones más ricas que pretenden terminar de desmantelar los recursos que tenemos en otras comunidades.
¿La negativa al trasvase es solo hacia Cataluña o hacia cualquier territorio?
– En este momento es hacia cualquier territorio.
Vox siempre ha defendido ese plan hidrológico nacional y la interconexión de cuencas. ¿El ciudadano entiende sus posturas de ahora?
– Yo he manifestado el principio solidaridad. Pero para que eso se cumpla, antes se debe cumplir el pacto hidrológico y las obras que contempla el Pacto del Agua. No toca hablar de solidaridad ni de trasvase hasta que todo eso no se cumpla.
En política hidráulica, el presidente Azcón rescató hace un tiempo el proyecto del pantano de Biscarrués. ¿Lo ve necesario?
–Soy partidario de Biscarrués.
Se da por perdido pero no se debería, no es un capítulo cerrado. No soy partidario de crear polémicas y este consejero siempre intenta buscar soluciones. Si esa opción no está encima de la mesa, que se abra otra puerta. La opción de Almudévar no es la mejor opción porque está fuera del cauce y tiene gasto energético, pero bienvenida sea. Soy partidario de los embalses en la cuenca por sentido común, pero también lo soy de evitar los conflictos sociales.
– ¿Ha mejorado la relación con el ministerio para abordar el problema de los créditos blandos?
– Hoy mismo estábamos en conversaciones con Saeca para mantener una reunión y ver qué es lo que está pasando, porque estamos muy preocupados con este tema. Cuando llegamos había una pretensión de ayuda, sin haberse dado la orden, de 800.000 euros y nosotros la hemos elevado a 8,2 millones. El propio presidente manifestó la intención de ayuda directa pero consultando al sector la mejor fórmula que encontramos es el crédito. 8,2 millones para 35.000 PACs, tocaba una miseria. Porque claro cuando el efecto de la sequía va todo el mundo, si eliges a unos tienes problemas con otros, no puedes elegir. Era la mejor fórmula, pero cuando llega el retraso del Sacea y las condiciones que establece hasta ahora, con esa exigencia, estamos preocupados. Estamos estudiando una línea que con el dinero que quede se pueda destinar única y exclusivamente a aquellos que se hayan quedado fuera.
– ¿Qué forma tendría?
– Seguramente en línea de crédito, pero estudiando directamente nosotros el sistema de financiación de garantías. Ya no dependeríamos del ministerio ni de Saeca sino que lo estudiamos directamente desde Aragón, para garantizar que vaya única y exclusivamente a las personas que lo necesitan. No buscamos confrontación con el ministerio, pero sí que buscamos soluciones ante estas dos extensiones que han creado malestar. El problema es que la fórmula del ministerio está abierta a todos y se puede dar la paradoja de que se le dé a quien menos lo necesita. No podemos hacer nada pero sí le hemos dicho a los bancos que ese no es el fin del crédito, que no puede acabar fuera de la necesidad para la liquidez, que es para lo que se creó.
– ¿Descarta este Ejecutivo entonces la ayuda directa?
–Lo que tenemos que poner en marcha son las fórmulas, para poner dinero y para poner soluciones. ¿Cuánto necesitaríamos para establecer ayuda directa? ¿100 millones? ¿Dónde están? Cuando me piden ayuda directa, digo que no me tomen el pelo. Es indigno que quien no ha puesto un euro hasta ahora te pida ayuda directa. El presidente se comprometió a la ayuda directa y yo pregunté de qué estamos hablando. Seis u ocho millones en ayuda directa para 35.000
PACs es una tomadura de pelo. La fórmula son los créditos blandos.
Esta semana comenzaron los agricultores en Bruselas y ya están anunciadas movilizaciones para los próximos días, tanto dentro como fuera de las organizaciones agrarias. ¿Hay una nueva revolución en el campo?
– – Creo hay un momento único. El hartazgo que hay en Europa es un momento único. No se puede desperdiciar y la llamada de atención a la Comunidad Económica Europea, por las exigencias y las desviaciones, debe mostrar a todos unidos, sin acritud. Y sin movimientos fuera de las organizaciones, porque las cosas no se arreglan en el bar. Exigir unidad de acción entre organizaciones y los políticos, porque todos nos debemos a la sociedad. Y entender todos que si al agricultor y al ganadero le va mal, le acaba yendo mal al consumidor. Tenemos que ser muy conscientes de que el principio de soberanía alimentaria lo tenemos que tener presente, por lo menos para los alimentos básicos.
Las organizaciones agrarias hacían hincapié en las relaciones con terceros países, ¿qué le parece esa idea?
– – Estoy de acuerdo. Creo que se deberían de poner en marcha las cláusulas espejo y así se lo manifesté al ministro. La OCM sí permite la prohibición cuando agrede o es un problema para la seguridad alimentaria. Hay que cuidar exquisitamente el aire, el agua y el suelo que la responsabilidad con lo que nos rodea tiene que ser exquisita, pero sin meter ideología. Si los científicos dicen que esto es nocivo, eso no toca. Evidentemente tenemos que cuidar lo que tenemos alrededor, pero si elevamos gratuitamente las restricciones, la OCM dice que se han elevado por encima de la seguridad alimentaria, hay tenemos el problema.
– ¿Le veremos entonces junto a las organizaciones?
– Me mantendré como consejero en las instituciones. Comparto la realidad de lo que estamos viviendo. Como consejero tengo otro papel y tengo que luchar para cambiar las cosas desde dentro. Hemos metido dos millones de euros para implementar las herramientas digitales porque no funcionaban y otros dos para mejorar las herramientas externas. Pero el macroconcurso de 1.100 personas nos va a crear un problema serio. Queremos simplificar las cosas y queremos minimizar las exigencias que vienen de Europa, pero no podemos ponernos tan exquisitos porque estamos en la situación en la que estamos.
– En el sector primario aragonés hay dos velocidades, la del porcino y la del resto. ¿Cómo se maneja con esta diferencia?
– Es curioso que hemos cogido el liderazgo dentro de esa unión que estamos provocando a nivel nacional con otras consejerías de Vox. Aragón ha cogido el liderazgo del porcino, pero también de la ganadería extensiva y de la trufa negra, donde somos líderes a nivel mundial. En el porcino hay que seguir trabajando bien de cara a la sociedad. Hemos doblado en la transformación del producto dentro de Aragón y eso es valor añadido. Está generando mucho empleo en la comunidad y tenemos que seguir apoyando al porcino. Solo nos falta el purín, que lejos de ser un problema se puede convertir en una oportunidad extraordinaria, ya que dependemos mucho de la adquisición de abonos inorgánicos. Por otra parte, la ganadería extensiva sí nos preocupa mucho y ya estamos trabajando conjuntamente con el sector, porque no se puede hundir ni desaparecer, lo que sería un desastre medioambiental.
«Ocho millones de ayuda directa para 35.000 PAC son una tomadura de pelo»
– El director de Calidad y Seguridad Alimentaria comentaba en una entrevista con este diario que Aragón tenía que empezar a pensar en que hay zonas en las que no caben más granjas. ¿Comparte esa visión de la situación?
–El territorio de Aragón es muy grande y la normativa está para cumplirla evidentemente donde hay mucha densidad de granjas, pues tendremos que acotar. Y donde no las haya, pues donde hay una oportunidad, se podrá seguir apostando por el porcino. Hay que im poner en la racionalidad y el sentido común. Todo ello de mano de la ciencia, porque una de nuestras intenciones es poner en valor el CITA: tenemos unos investigadores extraordinarios, no queremos que se vayan y con ellos también tenemos una gran oportunidad.