O’Carolan, 30 años lanzando nuevas miradas al folk aragonés
El grupo celebra hoy sus tres décadas de trayectoria con un concierto en la sala Mozart ▶
El grupo aragonés O’Carolan lleva 30 años circulando por los caminos fronterizos que unen el folk con las músicas antiguas. En su viaje por los sonidos más tradicionales de Irlanda y Aragón se ha valido de violines, arpas, guitarras, gaitas de boto o duduks para crear una de esas propuestas alejadas de las vías más comerciales pero igual de necesarias. Por eso, su 30 aniversario es casi una rara avis que hay que celebrar por todo lo alto. Y eso es precisamente lo que hará la banda este domingo (11.30 horas) en la sala Mozart del Auditorio, donde repasará sus seis discos de estudio con un concierto de más de dos horas.
«Nos hace mucha ilusión poder repasar todas esas melodías que nos han hecho sentir algo especial durante todos estos años, va a ser muy emocionante», reconoce el músico aragonés Miguel Ángel Fraile. Lo harán además muy bien acompañados, porque el grupo estará arropado por el cuarteto Concuerda y los integrantes de la orquesta de cuerdas de la Escuela Municipal de Música de Zaragoza. «En algunos momentos estaremos más de 50 artistas sobre el escenario», destaca Fraile, que es uno de los integrantes de O’Carolan junto a Susana Arregui, Pilar Gonzalvo, Julián Ansuategui y Ernesto Cossío.
La actuación realizará un recorrido por sus 30 años de trayectoria, desde que empezaron a dar sus primeros pasos allá por 1993. «Todo surgió de una forma muy natu
ral. Susana, Julián, Chema Aracarazo (que ya no está en O’Carolan) y yo éramos cuatro de los componentes del grupo de folk aragonés Cornamusa y de vez en cuando nos juntábamos a ensayar con Pilar, que tocaba el arpa irlandesa. Disfrutábamos tanto que la cosa fue creciendo poco a poco», recuerda Fraile sobre unos orígenes en los
que tuvo mucho que ver la pasión de todos ellos por la música del arpista irlandés Turlough O’Carolan.
«Yo creo que lo descubrí por los Chieftains, que solían usar sus melodías, y los demás no sé cómo llegaron a él pero lo cierto es que nos cautivó esa mezcla de música tradicional y clásica, porque hasta Beethoven fue un gran admirador
suyo», subraya Gonzalvo. Así, el compositor irlandés del siglo XVII se fue convirtiendo en «el detonante» de la propuesta del grupo. «Lo de coger su nombre prestado tampoco fue algo meditado. Teníamos que ponernos uno para la primera actuación en directo, nos decantamos por ese y ya se quedó así», rememora Fraile.
Esos primeros ensayos con el único propósito de disfrutar fueron siendo cada vez más frecuentes hasta que decidieron dar sus primeros conciertos. Así estuvieron bastantes años hasta que en 1999 pudieron grabar su primer disco, Alrededor de una vela. «No teníamos planes de sacar un álbum porque en esos años aún estábamos con Cornamusa. Pero nos lo plantearon desde el bar Entalto y El Refugio del Crápula, que por esos años producían algunos discos, y nos animamos», explica Fraile.
/ Ese disco supuso un punto de inflexión para el grupo, que comenzó a tomárselo más en serio y a salir fuera de Aragón. «Vimos que la propuesta le gustaba a la gente y eso nos dio fuerzas», apunta Gonzalvo, que también destaca el apoyo a la hora de ganar seguidores de La Campana de los Perdidos: «Llevamos 27 años tocando allí y es como nuestra segunda casa». Tras la disolución de Cornamusa en 2004, O’Carolan aún cogió más fuerza y para 2007 ya habían publicado tres discos, una época en la que incluso giraron por Francia y Escocia.
Poco a poco, su propuesta Fue evolucionando y tras una primera etapa más centrados en las músicas atlánticas, sus componentes comienzan a mirar al folclore aragonés. «Sabíamos muy bien que aquí teníamos auténticas joyas en forma de canción y queríamos saber cómo sonarían con nuestros instrumentos y nuestra particular sonoridad», comenta Gonzalvo.
CONCIERTOS EN FRANCIA Y ESCOCIA
Así fue como mudanzas, albadas y bailes de tradición aragonesa se fueron empapando de las enseñanzas de Turlough O’Carolan en una nueva etapa que se materializó en el cuarto disco del grupo: Nota de paso. En el disco, además, estuvieron acompañados por el cuarteto Concuerda, lo que realzaba esa mezcla de música popular y clásica. «Lo que queríamos era darle la vuelta por completo a la música aragonesa», subraya Fraile.
Lo consiguieron con creces gracias a su mirada totalmente desprejuiciada y a la incorporación de nuevos instrumentos como la nyckelharpa sueca, el duduk armenio o la gaita dee boto aragonesa. Un cambio de rumbo que quedó documentado gracias al deuvedé en directo que grabaron en el Teatro de las Esquinas por su 20 aniversario.
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EL FUTURO Fiel a su naturaleza innovadora, la formación apostó después por coquetear con la ciencia, colaborando con la Universidad de Zaragoza y el área de Geología. El resultado fue Tierra, poemas y música de las esferas, un disco en el que se habla de la tierra y para el que Joan Manuel Serrat cedió una canción.
Caleidoscopio es su sexto y último álbum hasta la fecha. Se publicó en 2019 y en él las composiciones propias cohabitan con las melodías populares en un buen ejemplo de la actual propuesta sonora del grupo.
Sus cinco integrantes tienen muy claro que quieren seguir manteniendo viva la formación, aunque la posibilidad de lanzar un nuevo disco de estudio todavía la ven lejana. «Nuestra intención es seguir, pero para grabar un nuevo trabajo se necesita tiempo y ahora estamos con muchos frentes abiertos. Muchos proyectos que debemos atender porque es la única manera de mantenernos a flote en este duro mundo del arte», indica Fraile. En efecto, él y Gonzalvo crearon hace unos años la formación El Mantel de Noa. Además, son los impulsores del festival Música en las nubes y colaboran con otros proyectos como Organomundi, La Chaminera y Zoótropo Teatro.
«La verdad es que no ha sido sencillo mantener con vida durante tantos años a O’Carolan», reconocen ambos músicos. Por eso mismo aún tienen más ganas si cabe de celebrar por todo lo alto su 30 aniversario. En el concierto de este domingo, incluido dentro de la 44 edición del Ciclo de Introducción a la Música del Auditorio, el grupo estará acompañado por Jesús Acero, que tocará el mussete y el bouzuki, y por Jesús Pescador, que se encargará de recitar antes de la actuación.