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Vuelve tras 3 meses de lesión en la rodilla a un equipo que necesita de sus goles
Se dispararon las alarmas con Sinan Bakis cuando el 4 de noviembre se retiró de la sesión de entrenamiento con dolor en la rodilla. Dos días antes de jugar ante el Oviedo volvían con más fuerza esas molestias y obligaban a parar a la gran apuesta en el pasado verano, al jugador que, económica y deportivamente, había sido fichado para remediar la falta de gol del Zaragoza en las temporadas anteriores. En sus diez partidos como zaragocista no había visto puerta, con un rendimiento de más a menos, pero su lesión llegó en el momento del inicio de la caída del equipo para confirmar que el mal fario se había instalado de pleno. Ahora, tres meses después, vuelve a una lista dispuesto a dar el último paso en su recuperación, el de saltar al césped, no como titular ante el Sporting, pero sí con minutos que constaten que su lesión pasó al olvido.
En esos inicios de noviembre el club aludió a una meniscopatía en la rodilla derecha para explicar el problema del turco, un término deliberadamente vago porque por entonces había que decidir si operar, lo que suponía perderse la temporada, o apostar por un tratamiento conservador, pero más impredecible.
Se optó por lo segundo con el problema de cartílago que había, sabiendo que hasta 2024 no volvería a jugar y, aunque los resultados no fueron tan rápidos como se esperaba, la rodilla empezó a emitir señales positivas al volver del parón de Navidad para que su regreso al grupo llegara a mediados de enero, de forma progresiva y para que ahora vuelva a una lista, tal y como confirmó el propio Velázquez.
Ese regreso y la necesidad de sus goles también condicionaron el mercado, donde Cordero estuvo pendiente de esa evolución y de la posible salida de Bakis para intentar traer a un ariete por el que al final no se apostó. Sinan, con el mercado ya cerrado y solo abierto el de jugadores en paro, regresa para demostrar que la fe del director deportivo en él hace ahora poco menos de un año, cuando empezó a convencerlo para que aceptara fichar por el Zaragoza pese a la propuesta de renovar del Andorra, no solo por partidos, y de otras ofertas , tenía razones muy fundamentadas.
A Bakis, de 29 años y uno de los contratos más elevados en esta etapa en Segunda del Zaragoza,
le restan 18 partidos para confirmar la magnitud de la apuesta en él. y eso solo tiene una vía, el gol, el que no encontró en sus 703 minutos de zaragocista. Lo tuvo cerca en varios encuentros, mostrando cualidades de rematador, pero el fútbol del equipo en algunos partidos no le acompañó y su nivel también bajó.
Tiene dos años más de contrato,
con un vínculo salarial importante, y cuenta aún con la posibilidad de confirmar esa apuesta tan importante por él. La rodilla derecha le ha hecho perderse 11 encuentros de Liga y uno de Copa, con cambio de entrenador de por medio. El Zaragoza que dejó es muy distinto al que retoma, pero la necesidad de sus goles es la misma.