Aranda de Duero

Aranda de Duero está viviendo una etapa esperanzadora en el plano político y cultural. En las últimas elecciones municipales se impuso una candidatura independiente —Sentir Aranda— encabezada por un joven político, Antonio Linaje, que ha sabido tejer los mimbres de un cesto municipal en el que no caben un PSOE ni un PP por primera vez juntos en la oposición (el único lugar donde, al parecer, saben unirse).

Si pude conversar con el nuevo alcalde de Aranda de Duero y con el concejal de Cultura, José Antonio Fuertes, saludar a Andrés Gonzalo, a Carlos Medina y otros ediles, al diputado Emilio Berzosa o al director general de Transparencia, Máximo López, fue porque en Aranda se acaba de celebrar el I Certamen de Novela Histórica.

Este evento, coordinado por María Antonia Sassot, ha sobrepasado todas las previsiones de afluencia de público, con cientos de asistentes a unas Jornadas donde Isabel Abenia, Domingo Buesa, Luis Zueco y yo tuvimos el placer de debatir sobre el arte de novelar, sobre las fuentes históricas, las licencias de la ficción literaria o la recreación de protagonistas y personajes como Carlomagno, Don Juan Tenorio o algunos de los más interesantes reyes de Castilla y de Aragón.

Aranda de Duero, poseedora de un patrimonio histórico que corta la respiración, cuenta con una población culta y ávida de conocimientos. Muchos de esos inquietos, inteligentes y afectuosos arandinos participan en la Asociación Cultural de Educación Permanente de Adultos o en la Asociación de Vecinos Zona Centro, entidades que, junto con su Ayuntamiento, apoyan el Certamen. Ciudadanos con quienes hablar de libros, de historia, de novela y teatro resulta un enriquecedor placer. Como colofón a los coloquios, sus tertulias abrieron nuevas reflexiones entre autores, lectores y libreros, creando ese clima de cordialidad y complicidad que el amor a la cultura provoca cuando es auténtico.

Este nuevo festival literario de Aranda de Duero está llamado a encarnar un destacado foco cultural en la comunidad de Castilla y León. Y, si sus autoridades y organizadores siguen trabajando así, en el resto del país.

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Este festival literario de Aranda de Duero está llamado a encarnar un destacado foco cultural