El club ya tiene el proyecto listo para comenzar la obra del estadio
Idom hizo entrega ayer del documento, por lo que en julio se iniciará el derribo de la grada sur A principios del año que viene empezará a levantarse el graderío de la nueva Romareda
La grada sur, junto al edificio del Cubo y la antigua gerencia, comenzará a derruirse este mismo verano.
El Real Zaragoza ya tiene en sus manos el proyecto básico de construcción del nuevo estadio de La Romareda y también el proyecto de ejecución de la primera fase de las obras, que incluirá el derribo del edificio de la antigua Gerencia, el Cubo y la grada del Gol Sur, la que da a la calle Jerusalén. Este mismo año, ese graderío será historia y a finales de 2024 se habrán construido ya los sótanos que ocuparán la parte baja de la estructura. A partir de entonces, ya en 2025, «entre enero y febrero» comenzará a levantarse «poco a poco» la nueva estructura.
Así lo avanzó ayer el arquitecto encargado del proyecto de la nueva Romareda, César Azcárate, en declaraciones a EL PERIÓDICO, en una conversación en la que desveló alguna de las novedades del diseño del estadio que, no obstante, respeta mucho el anteproyecto que ya dio a conocer el Real Zaragoza, propietario del diseño encargado a la consultoría de ingeniería y arquitectura Idom y que aportará a la sociedad en la que también participan la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza.
La entrega del proyecto básico y del proyecto de ejecución de la primera fase de la construcción es un hito que confirma, explica el arquitecto, «que se van a poder cumplir los plazos establecidos inicialmente». Esto es: en julio, una vez se haya celebrado en La Romareda el concierto de Bunbury, comenzarán los derribos del Cubo, la grada sur y la antigua Gerencia de Urbanismo. Después se iniciarán las obras «necesarias en el subsuelo» para poder edificar el nuevo graderío habiendo consolidado el terreno y dejando espacio habilitado para un sótano.
El proceso de derribo, eso sí, «llevará su tiempo» debido a la presencia de amianto –un material tóxico– en las cubiertas del estadio, por lo que habrá que proceder a su retirada con cuidado.
El proceso de desamiantado está ya contemplado en los proyectos de derribo y se tendrá que hacer no solo en el Gol Sur, sino en la demolición de cada una de las gradas, lo que impedirá avanzar todo lo rápido que se podría si no hubiera presencia de este material de construcción.
Los plazos establecidos una vez termine esta primera fase a finales de este año permitirán llegar a tiempo a 2029 con el estadio «ya listo», dice Azcárate, cumpliendo así con las exigencias de la FIFA si Zaragoza quiere convertirse en sede del Mundial de 2030. Las obras aprovecharán los veranos, cuando la temporada del Real Zaragoza finaliza, para ejecutar los derribos.
Así, este año desaparecerá la Grada Sur. En verano de 2025 se tirará la Tribuna Este, la que da al paseo Isabel la Católica; en 2026 empezará a desmontarse la Tribuna de Preferencia; y en los meses estivales de 2027 serán historia los últimos restos del antiguo estadio, el Gol Norte.
Entre derribo y derribo se irá solapando la construcción de las nuevas gradas, si bien los plazos concretos de todo este proceso se conocerán cuando esté listo el proyecto de ejecución, que se entregará al club y a la sociedad La Nueva Romareda a principios de julio.
Los trabajos tienen que compatibilizarse con el uso por parte del Real Zaragoza del estadio, que seguirá jugando en La Romareda «si no surgen inconvenientes». En el verano de 2026, además, se aprovechará el parón futbolero para «hundir» el terreno de juego, puesto que el del nuevo estadio estará situado un metro por debajo del actual para permitir que el estadio no se eleve mucho sobre el resto de edificios del entorno. No obstante, para llegar a tiempo a 2029, explica Azcárate, «durante
todo el año», y no solo en verano, «se tendrá que estar trabajando día tras día excepto cuando haya partido».
El nuevo estadio será más grande y ocupará más espacio por todos sus lados. En el paseo de Isabel la Católica, por ejemplo, desaparecerá el aparcamiento de coches que existe hoy en día frente al Miguel Servet para poder ganar espacio.
DETALLES DE LA FACHADA La fachada, según explica Azcárate, no se parecerá a la de otros estadios diseñados por él mismo, como San Mamés, puesto que mientras el estadio del Athletic está hecho con piezas de plástico translúcido, en La Nueva Romareda se usarán previsiblemente materiales metálicos como el aluminio.
La iluminación exterior será otra de las características propias del estadio, aunque todavía no se ha definido si será estática o dinámica como en San Mamés, que luce de una manera u otra dependiendo si hay partido o si el equipo local marca un gol.
Los accesos al estadio estarán en la planta calle. La mayor parte del perímetro servirá para entrar al graderío, pero también se habilitarán puertas para subir a las zonas de usos terciarios y comerciales.
Además, en la esquina suroeste se abrirá un acceso para los autobuses de los equipos que accederán desde ahí al sótano y al terreno de juego.