«Tiene lógica y apoyo al ‘Govern’»
El presidente del PP Aragón, Jorge Azcón, valoró ayer la decisión adoptada entre el Gobierno central y la Generalitat para que se pueda llevar agua desalada en barcos desde Sagunto para paliar la sequía descartando el trasvase del Ebro como una decisión «lógica», aunque siguió reclamando a la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera una reunión para trasladarle los problemas de sequía de Aragón.
«Cuando las declaraciones tienen lógica, da igual quién las haga», dijo Azcón en referencia al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, antes de participar en el Comité Ejecutivo Autonómico del PP porque «a situaciones extraordinarias de sequía como están padeciendo en Cataluña hay que aplicar medidas extraordinarias como es llevar agua en barco» y no hubiera tenido «ninguna lógica», consideró el presidente aragonés, que se planteara una medida estructural, como hacer un trasvase.
Con todo, insistió en la reivindicación de reunirse con la ministra y que Ribera trate a Aragón «con la misma celeridad» con la que se ha tratado a Cataluña porque también esta comunidad tiene problemas de sequía. El presidente aragonés recordó que tras la primera reunión entre el Gobierno central y el catalán se van a destinar «nada menos que 470 millones de euros a los problemas de sequía en Cataluña», y pidió atención también a la situación aragonesa para que no haya «sequías de primera y sequías de segunda».
De momento, ahondó Azcón, las desaladoras que Cataluña necesita se van a acometer desde el Estado con «nada más y nada menos» que 470 millones, «que puede ser prácticamente todo el dinero que los Presupuestos Generales del Estado destinan a Aragón en un año».
PACTO DEL AGUA Por otro lado, Azcón incidió en la reunión con la ministra que ya le solicitó por carta el pasado viernes para reivindicarle que se ejecuten las obras pendientes del Pacto del Agua. «No puede ser que las obras que Aragón necesita se retrasen a 2030 como es el caso del recrecimiento de Yesa», recalcó el presidente aragonés, que volvió a insistir en recuperar el proyecto de Biscarrués, descartado por el Tribunal Supremo.
«Es lógico que los problemas de sequía que tienen en Barcelona se resuelvan como lo han establecido, pero ahora llega el turno de Aragón», pidió Azcón. de agua para trasladarla a Barcelona».
Mascort destacó que llevan tiempo en conversaciones con navieras para tener listos los buques que deben cargar y transportar el agua. No ha descartado recurrir a otros lugares, además de Sagunto, para abastecer a Barcelona en caso de emergencia. De momento, se podrían transportar 7.200 metros cúbicos de agua al día, pero con una nueva conducción, que deberá financiar el Gobierno, se podría llegar a los 20.000 metros cúbicos al día.
¿Cuándo llegarían los buques cisterna al puerto de Barcelona? Según las palabras de Ribera y Mascort, será en junio cuando se active la operación barcos en caso de que sea necesario. «Ahora empieza la primavera, un periodo que suele ir acompañado de lluvias, pero debemos estar preparados ante cualquier escenario», explicó Ribera: «Estamos dispuestos a ayudar para garantizar el agua de boca a los ciudadanos y dar tranquilidad a los vecinos de Barcelona y su área metropolitana». Desde su punto de vista, recurrir a la desalinizadora de Sagunto es la opción «más sencilla y eficaz», puesto que es una infraestructura que a día de hoy no funciona a pleno rendimiento.
Ribera constató que la actual sequía es «uno de los desafíos que plantea el cambio climático»: «Las sequías serán más largas e intensas, lo que nos obliga a buscar fórmulas para ofrecer agua en condiciones». Los equipos de la consejería catalana y el ministerio llevan desde mayo trabajando en estas soluciones que hoy se han quedado zanjadas negro sobre blanco. Solo falta comprobar, por un lado, si se cumplen los plazos anunciados y, por otro lado, si los barcos acaban siendo necesarios para garantizar la llegada de agua potable a Barcelona.
AGUA DEL MAR En el encuentro entre los dos dirigentes también quedó fijado el futuro de las dos nuevas desalinizadoras planificadas en Cataluña, una en Blanes (Tordera II) y la otra en Cunit (en la desembocadura del Foix). La desalinizadora de la Tordera, la más urgente, se pondrá en funcionamiento en 2028. El ministerio sufragará, a través de fondos europeos y en formato de préstamo, el coste de ambas obras, que asciende a 500 millones (287 para la de la Tordera y 280 para la del Foix). Este dinero se devolverá, con el paso de los años, con la factura del agua.
Con lo anunciado por la ministra y el consejero catalán, la desalinización, un método caro y con un alto gasto energético, se convierte, junto a la regeneración de agua, en una de las principales medidas para hacer frente las sequías a medio plazo. Mascort reiteró que conectar Tarragona con Barcelona a través de una tubería no es una opción que resuelva los actuales problemas y apostó por estas soluciones a medio plazo, además de la posibilidad de traer agua en barco en caso de máxima emergencia.