El Periódico Aragón

Las familias oscenses denuncian que faltan todavía 70 auxiliares

Creen que harían falta 6 millones para cubrir las necesidade­s

- EVA GARCÍA

En el colegio de Montanuy a día de hoy no hay asignado ningún auxiliar de educación especial y el año pasado la plaza se cubrió en febrero; en el Ciudad de Huesca, el Sancho Ramírez, en el Pío XII, en el Pedro J. Rubio, en el San Juan de la Peña o en el Montecoron­a de Sabiñánigo tienen la mitad de los recursos que se necesitan, la mitad de horas. Esta es una de las denuncias que realiza la asociación para los derechos de los ACNEE, nacida en Huesca, que sigue reclamando que, a fecha de hoy, faltan 70 auxiliares de educación especial, lo que se traduce en unas 2.000 horas, asegura Mara Cajal, portavoz del colectivo. La asociación nació en la provincia oscense porque en Zaragoza y Teruel se han superado las horas destinadas, no así en Huesca. Eso hace que todos los martes, docentes y padres se concentren a las puertas de los centros educativos para pedir auxiliares porque quieren una educación inclusiva para sus hijos.

Insisten, como llevan haciendo desde su nacimiento, en que en mayo de cada curso se conocen los recursos necesarios. Este además se ha dado un incremento de alumnos con necesidade­s, un número que «seguirá aumentando, porque ahora se diagnostic­a más», señala Cajal. Sin embargo, los recursos son «la mitad del año anterior», así que el resultado es «la hecatombe», critica.

Las familias tienen cifrado cuánto costaría cubrir todas las plazas, todas las horas necesarias y «no es tanto dinero». Educación tiene un presupuest­o de unos 1.250 millones de euros y harían falta seis millones. Este curso «se han destinado tres, más un parche de un millón» ya comenzado el curso. Reclaman que se lleve a cabo el cuarto llamamient­o para conseguir profesiona­les ya que en noviembre, dicen, la consejera de Educación (Claudia Pérez Forniés) dijo que se iba a realizar, pero se hizo de forma telefónica y solo se cubrieron siete plazas.

Asegura Cajal que es un colectivo poco dignificad­o para el trabajo que hacen. Los sindicatos lograron que se pusieran 27,5 horas pero «por ejemplo, los padres no podemos dejar a nuestros hijos al comedor porque para eso deberían estar contratado­s 35 horas». Un niño que está diagnostic­ado y necesita un auxiliar no lo puede tener solo de 9.00 a 12.00 horas porque «¿qué pasa de 12.00 a 14.00?», se pregunta.

Se quejan porque en Sanidad «te hacen todo tipo de pruebas para lograr un diagnóstic­o» y señalarte las necesidade­s del pequeño, pero «luego llega Educación y no hay dinero», explica. Además, cuenta que en el caso de su hijo, su auxiliar siempre ha sido compartido y «apoya a todo el aula» porque hay niños no diagnostic­ados que también lo necesitan.

Las familias están «molestas» porque hace tiempo pidieron reunirse con la consejera o con el director provincial y no ha sido hasta ahora cuando se les ha citado con este último para el 14 de febrero. Este déficit de profesiona­les hace que muchos niños que están «en la educación combinada se estén pensando ir a la especial», concluye.

Hoy se concentrar­án en los centros, como hacen todos los martes desde el inicio de curso

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