«Mi trabajo es mi pasión y no me dejan vivir de ello»
Javier Duque tiene 25 años y trabaja como agricultor en Huesca. «Me encanta el campo, es mi vida y mi pasión», asegura con orgullo. Pero el encarecimiento de los costes de producción y la competencia de las importaciones que provienen de Europa «están consiguiendo que no pueda vivir de esto», lamenta.
Su trabajo se ha visto afectado hasta tal punto que «me sale más rentable estar hoy (por ayer) manifestándome, que en el campo cultivando», explica, y «eso es lo que no puede ser», denuncia.
Cuenta que ayer salió de casa a las 8.30 horas con su tractor con una misión: «Defender mis derechos y los de mis compañeros, queremos que se nos escuche. Que se entienda lo que nos está pasando», menciona a este diario.
El primer punto que reclama el joven oscense parte de la imposibilidad de hacer frente a los gastos que conlleva su trabajo. «Al final del día, esto deja de ser rentable porque, a pesar del esfuerzo que le pongas, las pérdidas son muy grandes», asegura.
Y, junto al menoscabo económico, aparece otra gran preocupación para los agricultores como Duque. «Cada vez nos exigen más medidas burocráticas a las que nos es imposible hacer frente», señala. Javier Duque explica que ya de por sí «mi trabajo conlleva muchas horas» y, si a ello se le suma el cada vez más exigente papeleo, «no puedo llegar a todo, ni yo ni mis compañeros», añade.
Todo ello, el oscense lo achaca a las nuevas políticas agrarias que «no hacen más que ahogarnos, a todos los trabajadores de este sector», denuncia.
Una legislación que, según Duque, «está llegando al punto de que nos dicen qué podemos sembrar y qué no». Y los problemas a los que se enfrentan no acaban aquí, sino que, «mientras en España nos enfrentamos a un montón de papeleo y normativas medioambientales y de bienestar animal, los productos que se introducen en el país nos hacen competencia desleal porque no tienen tantas trabas como nosotros», confirma.