Médicos del Mundo derivó a 12 mujeres a la Unidad de mutilación
La oenegé visibiliza las consecuencias de esta violencia de género
Dolor intenso, infecciones, hemorragias, desgarros, problemas menstruales, sufrimiento fetal e incluso fallecimiento. Estas son algunas de las consecuencias que la mutilación genital femenina tiene en la salud de la mujer. Pero también hay repercusiones psicológicas, mentales, para la sexualidad, psicosociales y de exclusión social.
Todas ellas se visibilizaron ayer, 6 de febrero, Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, que organizó Médicos del Mundo. Porque esas consecuencias «no son homogéneas», aseguraron Raquel y Nixon, dos de las integrantes de la asociación, pues dependen «del grado de mutilación»; es decir de la sección total o parcial de los genitales femeninos por motivos no médicos. Se trata de una práctica cultural que se lleva a cabo en una treintena de países de África y Oriente Medio, que Médicos del Mundo quiere «erradicar en 2030».
Aragón es una comunidad pionera en el trabajo de prevención y atención, ya que puso en marcha el segundo protocolo en España y creó la tercera unidad especializada en el país. De hecho, la oenegé derivó a esta unidad a un total de doce mujeres, aunque pudo atender a más. La asociación quiso visibilizar este tipo de «violencia de género» con una mesa informativa situada en el Centro Cívico Manuel Vázquez Guardiola, situado en el barrio Oliver y otra en la plaza de Navarra de Huesca, donde además se leyó un manifiesto.
La jornada, bajo el título Hagamos visible lo invisible, sirvió también para poner en valor la figura de las mediadoras, como Nixon, una mujer africana, «persona de referencia» para las familias. Porque el objetivo es «desmontar mitos sin faltar al respeto», reconoció. La población migrante es la principal destinataria de la información pero no solo a la residente en Aragón, ya que también se trabaja «en el país de origen».
El cartel recordaba a un iceberg, porque detrás de la mutilación hay «otras violencias de género», como los matrimonios forzosos o la poligamia, que también quieren erradicar. Es una lucha contra el patriarcado, explicaron.
Desde Médicos del Mundo Aragón trabajan en prevención, sensibilización, cursos a mujeres, hombres y adolescentes pero también para profesionales sanitarios. «Porque no es la lucha de un día, sino de todo el año». Porque el objetivo es que «las niñas y mujeres
La asociación realiza cursos de prevención a familias y sanitarios
podamos decidir libremente sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos», según se leyó en el manifiesto.
Para concienciar, en el centro cívico también se inauguró una exposición de fotografías de Camila Espinel. Las protagonistas son mujeres de origen africano y supervivientes, unas han sufrido mutilación y otras han sido repudiadas por no someterse a ella. A través de imágenes se muestra a féminas que dan la cara contra la mutilación y muestran su fortaleza como supervivientes; pero también se muestra esa cuchilla que rasga el futuro de la mujer. Es Mi lucha, nuestra lucha, la de los 200 millones de mujeres que, según Unicef, ha sufrido algún tipo de mutilación; y la de 30 millones de niñas que están en riesgo de padecerla.