Netanyahu rechaza el plan de tregua de Hamás
«La victoria absoluta es el objetivo», dice el líder israelí
«Hay mucho trabajo por hacer», reconoce Blinken
Tras varias jornadas de deliberación, Hamás lanzó ayer su propia propuesta para llevar la paz a la Franja de Gaza. Después de exigir un «alto el fuego integral y completo» en vez de una pausa de semanas en la ofensiva militar israelí, la opción preferida por Tel Aviv, el grupo palestino presentó su versión que incluye el fin de la guerra. El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, la rechazó abiertamente, alegando que «ceder a las delirantes exigencias de Hamás no solo no lograría la libertad de los rehenes, sino que solo invitaría a una guerra adicional».
«Hay mucho trabajo por hacer», dijo ayer desde Jerusalén el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que se reunió con Netanyahu y el presidente Isaac Herzog. A las puertas de la «victoria total» de Israel, según el mandatario judío, la posibilidad de una tregua que ponga fin a la ofensiva sobre Gaza, que según el Ministerio de Sanidad del enclave ha matado a 27.585 palestinos, se aleja de forma prácticamente definitiva.
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TRES FASES DE 45 DÍAS La propuesta de Hamás se basa en un alto el fuego en tres fases de 45 días cada una. El resultado final sería la liberación de todos los rehenes secuestrados el 7 de octubre y la retirada completa de las tropas israelíes de Gaza. Hamás defendió que su contrapropuesta, que incluye fechas concretas, es «razonable y realista». Ahora es el momento de que las negociaciones «allanen» los desacuerdos, añadió.
En la primera fase, serían liberados «mujeres y niños (menores de 19 años, no militares), ancianos y enfermos, a cambio de un número específico de prisioneros palestinos», según el texto entregado el martes por la noche a los mediadores de Catar y Egipto. En esta primera fase, Hamás exige el repliegue de las fuerzas aéreas israelís de las zonas pobladas de la Franja, la entrada de más ayuda humanitaria, unos 500 camiones diarios, y el inicio de la reconstrucción de hospitales y viviendas, junto al establecimiento de campamentos temporales. A su vez, según el texto, se establecerían «conversaciones indirectas» con Israel para poner fin a la guerra y «regresar a una paz completa», requisito que hasta ahora Israel siempre ha denegado.
En una segunda fase, todos los hombres secuestrados serían liberados a cambio de un número todavía por determinar de prisioneros palestinos, así como una retirada completa del Ejército israelí del enclave palestino. Las primeras informaciones revelan que serían unos 1.500 presos.
En la tercera fase, según el informe, se produciría el intercambio de los cuerpos sin vida de rehenes y otros presos ya fallecidos. Durante las negociaciones, Netanyahu ya aclaró que cualquier intercambio seguiría la misma ratio aplicada a finales de noviembre: tres reos palestinos por cada rehén israelí liberado. A lo largo de la última y única tregua que ha tenido lugar en cuatro meses de conflicto, el grupo palestino liberó a más de un centenar de cautivos israelíes a cambio de la excarcelación de 240 presos palestinos, la mayoría de los cuales eran jóvenes y no habían sido condenados por ningún crimen.
Netanyahu fue muy contundente en su respuesta. «Estamos en camino de completar la victoria, está a nuestro alcance», afirmó en una rueda de prensa en Jerusalén. «Me puse la victoria absoluta como objetivo desde el principio, y no nos conformaremos con menos», añadió. Bibi anunció que 20.000 combatientes de Hamás están muertos o heridos, más de la mitad de la fuerza de combate del grupo, y 18 de los 24 batallones ya no están en funcionamiento, mientras el Ejército israelí destruye de forma sistemática la red clandestina de túneles donde supuestamente se esconden los combatientes.