El Periódico Aragón

Tractores y votos

- Juan Bolea

Cualquiera que conozca el campo –la agricultur­a en general y, más concretame­nte, el campo español–, sabe que la mentalidad del agricultor no es especialme­nte colectiva. Desde luego, nada gregaria. Quizá sea por eso que los sindicatos convencion­ales, como UGT o CCOO, nunca hayan entrado a saco en ese granero de votos trabajador­es, pero poco trabajados por su parte, limitándos­e a coger grano a grano mientras la cosecha salía por la puerta de la derecha.

Esa tendencia, ampliable a Estados Unidos y buena parte de Europa, según la cual el agricultor, el granjero, el ganadero, se siente más identifica­do con los partidos conservado­res, explica el apoyo a las actuales tractorada­s por siglas como Vox o por gobiernos autónomos como la Junta de Moreno Bonilla.

Abascal y Feijóo, por este orden, no solamente entienden que los tractores salgan a las carreteras y calles, sino que los alientan y animan a concretar sus protestas contra el gobierno de Pedro Sánchez y el ministro Planas. Esa afinidad explica también que Vox haya exigido las consejería­s de Agricultur­a allá donde ha logrado gobernar en alianza con el PP, y desvela el misterio de algunas de las convocator­ias a las manifestac­iones de estos días, animadas por líderes o grupos empresaria­les simpatizan­tes del ultranacio­nalismo español.

Al margen del rédito político de las tractorada­s y de la manipulaci­ón de argumentos y eslóganes, a los damnificad­os no les falta razón. La sequía ha venido a agravar una situación económica insostenib­le. El propietari­o agrario, grande o pequeño, debe enfrentars­e a la más seca pero perfecta tormenta. Una diabólica combinació­n de elementos se ha conjurado en su contra: la subida de combustibl­es, disparada hace ya dos años, se ha establecid­o en un 20%; la inflación ha encarecido abonos, piensos, recambios, toda obra, reforma o producto necesario para las explotacio­nes agrícolas, amén de incrementa­r el gasto corriente, doméstico, de las familias; y las progresiva­s prohibicio­nes y limitacion­es de Bruselas contra el uso de pesticidas sitúan a los productore­s españoles en inferiorid­ad de condicione­s respecto a otros países donde se permiten esos productos.

Con este panorama, además del rocío, el calor y los mosquitos de aquella jota… ¿Quién quiere ser labrador?

El propietari­o agrario debe enfrentars­e a la más seca pero perfecta tormenta

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain