Aragón tiene ahora menos plazas públicas residenciales que en 2019
La comunidad es la ➲ tercera qué más tiene, con 4.133, por detrás de las Castillas «Hay que planificar ➲ racionalmente porque se hace a golpe electoral», dice García
Aragón incrementó el porcentaje de plazas residenciales de financiación pública de forma notable entre los años 2017 y 2019. Desde ese año, el número ha descendido y todavía no se ha recuperado ni en cobertura ni en número absolutos. Antes de la pandemia, la ratio era de 3,87 plazas por cada 100 personas mayores de 65 años; sin embargo, al finalizar 2022, ese porcentaje era de 3,74, según datos publicados por el Imserso y recogidos por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.
En números absolutos, en noviembre de 2019 había 4.140 plazas, y en diciembre del año pasado, 4.133, es decir, siete menos. El 55,8% del total son de financiación pública (11.104), que suman las de los centros públicos, las plazas concertadas en centros privados y las que se financian con la prestación vinculada al servicio, mientras que a nivel nacional roza el 68%.
El total de plazas residenciales, tanto públicas como privadas, asciende a 19.895, 645 más que antes de la pandemia, lo que la convierte
en la tercera comunidad con mayor ratio de cobertura (6,70). Ante esta situación, Gustavo García, delegado en Aragón de la asociación, señaló ayer que la comunidad está «bien y mal». La situación es positiva porque hay más plazas que en ninguna otra comunidad, solo por detrás de Castilla León y Castilla-La Mancha. Si embargo, es negativa porque es la que «menos plazas públicas ha desarrollado desde la pandemia», dijo. Son siete menos, una cifra «anecdótica» pero que no lo es tanto, ya que en el «conjunto de España han subido mucho pero no
en Aragón». Por eso, afirmó que «es retórica» hablar de centrar las políticas en los mayores.
De tomarse como referencia la «cuestionada» ratio de cinco plazas por cada 100 mayores de 65 años, Aragón registraría un superávit de 5.043 plazas (en España se necesitarían 85.814).
Por lo tanto, en la comunidad no se necesitarían más plazas porque hay «en sitios que sobran. No se planifica racionalmente, sino a golpe electoral», reconoció García, y precisó: «Llegan fondos y se construye una residencia» y, aunque cree que es «bueno dar facilidades», la mejor opción no es una residencia de 100 plazas sino ofrecer «alternativas residenciales adaptadas a la realidad». Insistió en que se siguen construyendo grandes residencias, que en poco tiempo se «cierran porque son inviables ya que no hay tantos mayores o hay que llevar mayores de otras residencias».
En este sentido, aseguró que en Teruel sobran plazas pero «faltan» en Zaragoza y las que hay son «caras y por tanto hay que llevárselos a las afueras». Habló de nuevo en «la retórica» y de la necesaria «planificación urbanística» para que los mayores vivan lo más cerca que puedan de su entorno.
García contó también que, según las estadísticas oficiales, en diciembre de 2023 «solo había 73 personas de grado II o III (48 y 25, respectivamente) que están pendientes de recibir su prestación», una cifra que no se corresponde con el día a día. «Lo cruel es que no se contabilizan euros sino personas y se tienen ocultos a cientos o miles de personas».
También aseguró el delegado en Aragón de la asociación, que se habla de «desinstitucionalizar» y de que en el caso de tener que ir a una residencia, que sea humanizada... pero «para eso hay que apoyar a las familias». La media de horas mensuales por beneficiario es de 20 y «una hora diaria de ayuda no soluciona. No se puede desinstitucionalizar sin aumentar horas, porque las personas tendrán que pagar esas consecuencias; y, en su mayoría, será una mujer la que está inmolando su vida para dedicarla a los cuidados».