El asalto a la casa de un nonagenario podría deberse a deudas de alquiler
El empresario tiene inquilinos de locales en Zaragoza y le deben algunas mensualidades Dos atracadores se llevaron un sobre con dinero tras maniatar y patear a su cuidadora
Aunque el Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón todavía no ha completado ninguna detención por el asalto perpetrado el pasado viernes 2 de febrero contra un piso de la calle Fernando el Católico de Zaragoza, los investigadores continúan analizando los datos aportados por los denunciantes, entre ellos, la cuidadora del propietario de la citada vivienda –un empresario de 92 años– que fue maniatada y agredida. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el nonagenario insinuó ante los investigadores que los atracadores podrían ser algunos de los arrendatarios de varios locales que tiene alquilados en la capital aragonesa y que han contraído deudas con él por el impago de varias mensualidades.
Esta es una de las líneas de negocio del empresario zaragozano, que también cuenta con una sociedad limitada a su nombre. El día en el que se perpetró el atracó, este anciano salió de casa acompañado de su contable para llevar a cabo una serie de gestiones en el banco y en el despacho de su abogada. Todo saltó por los aires cuando recibió la llamada de su cuidadora poniéndole al tanto de lo que acababa de suceder en el interior de su domicilio. Volvió rápidamente,
lo comprobó en primera persona y, en un primer momento, explicó a los agentes que no tenía ni la más mínima sospecha sobre quiénes podrían estar detrás del golpe. De ello se retractó unos días más tarde cuando se personó en dependencias policiales para ampliar su declaración y apuntar a algunos de los arrendatarios de sus locales.
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LA ASISTENTA, AMORDAZADA La investigación, dirigida por el Grupo de Atracos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, ya analiza todos los detalles para dar con el paradero de los asaltantes, que ataron a la asistenta de pies y manos con los cables del cargador de un teléfono móvil. Le golpearon la cabeza contra el suelo en reiteradas ocasiones, le propinaron va
rias patadas en las costillas y le pisaron mientras se dirigían a diferentes estancias de la casa en busca de su botín: un sobre con dinero.
Cuando consiguieron hacerse con su tesoro, se marcharon corriendo del edificio y, poco después, la mujer daba la voz de alarma a la sala de emergencias del 091 y a su vecina de rellano. Fue trasladada de urgencia al Hospital Universitario Miguel Servet de la capital aragonesa y el parte de lesiones reveló varias contusiones repartidas entre el rostro, las manos y las piernas. Desde un primer momento, refirió a los agentes que solo pudo identificar a uno de los atracadores porque este se encargó de dirigir su cabeza contra el suelo. Le describió como un hombre de raza negra que intercambiaba
palabras de origen francés y árabe con el segundo de los asaltantes.
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NADIE DETRÁS DE LA MIRILLA Los hechos referidos se remontan al mediodía del pasado viernes 2 de febrero, en torno a las 13.00 horas. La cuidadora recordó que había salido a comprar por la mañana y, a los pocos minutos de su regreso, alguien tocó el timbre de la vivienda. Como no vio a nadie detrás de la mirilla, abrió la puerta y fue ese desliz el que aprovecharon los asaltantes para colarse en su interior al mismo tiempo que la empujaron contra el suelo. No fueron muchos minutos, pero suficientes como para revolver los cajones de varias estancias de la casa hasta que lograron llevarse un sobre con dinero.