El Periódico Aragón

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Tato, Samaras y José Enrique llegaron libres y fuera de las ventanas de fichajes desde el descenso, con un rendimient­o malo de los dos primeros y solo discreto del lateral valenciano

- S. VALERO

Samaras llegó con un problema de espalda y José Enrique cumplió pese a su maltrecha rodilla

Aludía Cordero al final del mercado de invierno a los caramelos envenenado­s que tiene esta ventana para justificar que al final no llegara ese extremo (habló de atacante), que se buscó hasta última hora. Lo cierto es que el club, tras la lesión de Guti, ha activado los mecanismos para buscar un centrocamp­ista (con la operación del fichaje del brasileño Matheus Rossetto como muy avanzada) del mercado del paro, donde la experienci­a del Real Zaragoza en la historia reciente fuera de las ventanas de fichajes, es realmente negativa. José Enrique, Tato y Samaras componen la lista zaragocist­a en esa posibilida­d desde que bajó a Segunda con un resultado con muchísimas más sombras que luces, salvo en el caso del lateral valenciano, que al menos logró un aprobado raspado. Antes de bajar, del paro y acabada ya la ventana veraniega, llegó José María Movilla en 2012, con buen rendimient­o en el año del descenso y con despido en la campaña siguiente con García Pitarch como responsabl­e del mismo.

El Zaragoza, en todo caso, sigue en esa búsqueda, con tranquilid­ad se asegura, y solo mirando un refuerzo que venga de verdad a aportar y, además, con el necesario ritmo físico que impone Velázquez en su estilo de juego. No vendrá, y no es el caso de Rossetto, que es libre desde el 31 de diciembre, un jugador que lleve mucho tiempo sin equipo, como fueron José Enrique o Samaras, mientras que Jesús Rodríguez, Tato, el que inauguró esta lista en Segunda, llevaba menos meses sin equipo. Lo hizo a mediados de septiembre de 2014 para ocupar la ficha 18 que permitió la sanción de LaLiga y después de haber acabado contrato en el Girona en junio. El murciano, de 31 años, completó la delantera tras el fichaje frustrado de Chuli y, a pesar de su dilatada experienci­a en Segunda, solo jugó 192 minutos, no marcó y acabó apartado en el playoff de ascenso por su actitud en el banquillo con Popovic en el choque ante el Girona.

En septiembre de 2016, el Zaragoza fichó a José Enrique, que había rescindido unos meses antes del Liverpool donde sus últimos tres años en los reds estuvieron lastrados por una eterna leta sión de rodilla, para jugar solo 21 partidos en ese tiempo. El futbolista valenciano, de indiscutib­le nivel en la Premier y en el Villarreal, se retiró un año después (firmó por dos) y en una entrevista concedida en su adiós confesó que llegó a pensar que no podría debutar en el equipo zaragocist­a por esas lesiones. «La rodilla se hinchaba muchísimo y llegué a pensar que no empezaría. Pero apreté y pude disputar casi 30 partidos, muchos de central», dijo en Marca. De hecho, pudo jugar has

29 partidos con Agné y Láinez, combinando el lateral y el centro de la defensa, con un nivel de menos a más, pero muy limitado por esa dolencia que le llevó a negociar su rescisión en junio y a retirarse dos meses más tarde.

Mejor currículum aún tenía Georgios Samaras, ídolo en Grecia, mundialist­a en 2010 y 2014 y exjugador del Celtic y del City, que arribó en febrero de 2017 cuando Narcís Juliá ya solo ocupaba de forma nominal la dirección deportiva. Una lesión de espalda le había lastrado en la última época, en la que militó en el Rayo Oklahoma, franquicia entonces del club de Vallecas y en la NASL, la segunda competició­n en Estados Unidos. No jugaba desde octubre y su nivel físico estaba a años luz ya de lo que fue. Solo 166 minutos, ningún gol y un fichaje de nulo rendimient­o tras las expectativ­as que deparó.

Sí ofreció ese rendimient­o Movilla, que estaba sin equipo tras dejar el Rayo desde mayo cuando en septiembre de 2012 retornó a Zaragoza tras su exitosa primera etapa (04-07) y vivió el año del descenso con Manolo Jiménez, jugando esa temporada 35 partidos ofi

ciales, 29 de Liga. En Segunda empezó contando para Paco Herrera y mantuvo su condición de hombre fuerte del vestuario hasta que Pitarch decidió su salida.

Mejor por bajas médicas

Mejor le ha ido al Zaragoza cuando ha ocupado la ficha de un jugador lesionado pidiendo su baja (LaLiga permite ocupar parte de su salario que le queda por cobrar, en torno al 80 %, lo que ahora puede hacer con Guti), pero hasta hace unos años ese permiso incluía a jugadores con contrato y así llegaron Guitián, tras rescindir del Valladolid en diciembre de 2018 por la lesión de Grippo, Puado, cedido por el Espanyol en noviembre de 2019 por la baja médica de Dwamena, y Burgui, a préstamo del Alavés en febrero de 2020 por la lesión de Ros, todos con una buena aportación futbolísti­ca, sobre todo Puado. No ocupó esa ficha el Zaragoza, aunque lo intentó con las lesiones de Wilk (2015 y 2016) o Jaime Romero (2015). Ahora esas bajas médicas solo se pueden cubrir por jugadores del paro, desde 2020, tras el fichaje de Braithwait­e por el Barça cuando estaba en el Leganés.

LaLiga solo permite fichar a jugadores del paro desde 2020 tras una baja por lesión de larga duración

 ?? ÁNGEL DE CASTRO ?? El último precedente Samaras, ejercitánd­ose en una sesión, llegó desde el paro en 2017. -
ÁNGEL DE CASTRO El último precedente Samaras, ejercitánd­ose en una sesión, llegó desde el paro en 2017. -

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