Yolanda, muy ‘queimada’
En la reciente y ridícula entrevista que Marc Giró hizo a Yolanda Díaz en La2 de TVE, la vicepresidenta se definió, en cuanto a su estado civil, como «monomarental» (parece que se ha divorciado y que, en el «opresivo» piso del Ministerio, cuida en solitario de su hija). «Monomarental…». Un nuevo «palabro» que incorporar a la jerga del «progresismo» político. Máscara o velo tras el que ocultar intenciones bastante menos altruistas.
Fuentes del PSOE comienzan a sugerir que Pedro Sánchez y sus asesores están hartos de la prepotencia y el afán de protagonismo de la «socia» de Sumar. La negativa de Díaz a apoyar las modificaciones legislativas para encauzar la ley de amnistía y la carta de uno de sus leales, Urtasun, exigiendo a los socialistas una comisión de seguimiento del pacto han invertido la confianza que hasta hace no mucho le tenían en distanciamiento y recelo.
El malestar de Díaz por lo que considera escasa comunicación desde la presidencia y progresivo apartamiento de las decisiones fundamentales de la política nacional se agrava por las desastrosas previsiones demoscópicas que a su partido le aguardan en Galicia. Según el implacable Tezanos, si saca un diputado suerte tendrá. Que toda una vicepresidenta y gallega de pro salde muy queimada unas elecciones autonómicas jugadas en casa no puede ser motivo de alegría, y sí causa de ver fantasmas y meigas.
Vilipendiada por sus antiguos compañeros de Podemos, empeorando de día en día (están ya en el vestíbulo de los Juzgados) su relación con Ione Belarra y con aquel Pablo Iglesias que la sacó del anonimato, la presentó en sociedad y la nombró heredera, y enconada su relación con Sánchez, eternamente Yolanda no se despierta en la canción sino en el día de la ira, enfadada contra ese mundo político de Madrid (y de Cataluña) que no la comprende, no la sigue, no la adora...
Algo le dice que un tribunal silencioso la ha condenado por exceso de entusiasmo y ambición, y que en la guillotina de Sánchez, donde ya han caído torres más altas, su cabeza puede ser la próxima.
Fuentes del PSOE sugieren que ya están hartos de la prepotencia y el afán de protagonismo de la «socia» de Sumar