«Queremos crecer, pero no a cualquier precio»
En menos de 20 años, María de Huerva ha multiplicado por seis su población hasta los más de 6.000 habitantes censados con los que cuenta en la actualidad. «Queremos continuar creciendo en población pero no a cualquier precio, puesto que ahora ya contamos con un índice de población suficiente como para tener una dotación de servicios atractiva», afirma Joaquín Calleja, alcalde de la localidad zaragozana, que asegura que su equipo de gobierno «cree en una apuesta por el crecimiento sostenible».
Uno de los mayores problemas para experimentar ese posible crecimiento es la falta de vivienda. «La disponibilidad es escasa, a nivel de venta buena parte están en manos de entidades bancarias y no parecen tener un gran atractivo, dado que llevan bastante tiempo sin haberse podido vender. Tampoco hay mucho movimiento en el mercado de vivienda de segunda mano entre particulares», analiza Calleja. «Si hablamos de alquiler, la cosa todavía se complica más porque apenas hay oferta», añade.
Por ello, el alcalde de la localidad asegura que desde el ayuntamiento están ya manos a la obra para tratar de agilizar las operaciones pendientes: «Siendo María de
Huerva una población con un elevado número de jóvenes, queremos darles la oportunidad de poder seguir viviendo aquí con ventajas para la compra o el alquiler. También estamos interesados en que otros jóvenes de municipios cercanos o de la capital puedan instalarse en María».
Calleja subraya que el crecimiento del municipio está muy ligado a la calidad de servicios que presta. «Hasta el momento tenemos la fortuna de contar con un centro médico que es cabecera de comarca. Esto, sumado a una dotación de servicios educativos, servicios sociales, policía local y otros tantos, ha resultado clave», analiza.
El alcalde de María de Huerva reconoce que los esfuerzos realizados para mejorar la calidad de vida de sus vecinos merece la pena por todos los beneficios que se han conseguido y ya mira al futuro: «El crecimiento y la expansión nunca están exentos de problemas. Pero en la sociedad en la que vivimos el no intentar mejorar y crecer supone un retroceso que no queremos».