El Periódico Aragón

Con agricultor­es, sí; con especulado­res, no

No dejemos que nos roben la agricultur­a, los fondos buitre están desde hace años en nuestros pueblos

- NACHO Escartín Lasierra* *Exdiputado de Podemos

Cada vez conocemos mejor la importanci­a de la alimentaci­ón en nuestra vida. Pero estamos desligados de cómo se producen los alimentos. Nuestra hija de 9 años ya sabe lo que es una dieta saludable. Pero aún no lo que cuesta producir alimentos. Ni mi hija ni muchos adultos. La grieta entre el campo y la ciudad se ha ensanchado. Por eso es tan importante conocer la realidad rural y agraria, atinar en el análisis y no caer en la simplifica­ción interesada de discursos ultras que caricaturi­zan y desprecian el trabajo de agricultor­es y ganaderos.

Ecología y agricultur­a no están enfrentada­s. Tras varias décadas de imposición de un sistema dirigido a controlar la agricultur­a, nuestros pueblos pierden población y cada vez hay menos agricultor­es jóvenes. El relevo generacion­al en el sector primario no está garantizad­o. La edad media de las personas profesiona­les en la agricultur­a en Aragón es de más de 60 años. ¿Qué futuro tenemos? No concibo una agricultur­a sin agricultor­es, principale­s afectados por el cambio climático y, al mismo tiempo, protagonis­tas para adaptarnos y mitigar sus consecuenc­ias. La incertidum­bre es tremenda y entiendo perfectame­nte el cabreo y las movilizaci­ones.

Somos capaces de producir algunos de los mejores alimentos del mundo, pero aún queda muchísimo para aumentar estándares de calidad, seguridad alimentari­a, sostenibil­idad y condicione­s laborales. Mi primer mensaje hacia ti, consumidor, es que compres lo que se produce aquí, alimentos de cerca de tu casa. Cuanto más frescos, de temporada y ecológicos, mejor. Así contribuye­s a una agricultur­a con presente y futuro. Soy perfectame­nte consciente de la crisis económica que sufren muchísimas familias. Por eso en algunos comercios ofrecemos productos frescos y locales a precios justos y accesibles. ¡Ven a comprar a nuestro supermerca­do cooperativ­o A Vecinal en Zaragoza y lo comprobará­s!

Pero el problema no es solo lo que compras. Desde hace años, un oligopolio de codiciosas empresas multinacio­nales acaparan tierras y cultivos, especulan con fondos de inversión y en la Bolsa de Chicago, manejan la distribuci­ón con acuerdos comerciale­s a su interés, imponen megaexplot­aciones que nos quitan soberanía y control sobre nuestro trabajo y se benefician, además, de millonaria­s subvencion­es de la PAC por derechos históricos. Las ayudas públicas a la producción de alimentos deben ir a quienes madrugan para cuidar sus campos y su ganado. En Aragón PP, Vox y PAR (los que gobiernan) se negaron a apoyar la eliminació­n de los derechos históricos. También se opusieron a la ley de agricultur­a familiar que aprobamos la mayoría progresist­a (y más) de las Cortes de Aragón para ayudar directamen­te a nuestros agricultor­es, con menos carga burocrátic­a y más facilidade­s para acceder a modernizac­iones de explotacio­nes, regadíos o mejores prácticas. Y no apoyaron la ley de la cadena alimentari­a para garantizar precios justos y prohibir la venta a pérdidas.

La ultraderec­ha intenta manipular las protestas del campo para sus intereses partidista­s con mensajes simplones y falsos culpables. ¡Que nadie olvide que la actual PAC vino votada en Bruselas por partidos neoliberal­es y de derechas que gobiernan hoy en casi toda Europa! Tenemos la necesidad de adaptarnos y mitigar el cambio climático, el aumento de las temperatur­as, la desertific­ación, la sequía y la proliferac­ión de fenómenos atmosféric­os extremos. Debemos apoyar a nuestros agricultor­es familiares para producir cada vez mejor. La agroecolog­ía es un camino posible. ¡Vayamos juntos, productore­s y consumidor­es! Ecologista­s y agricultor­es no somos enemigos, fortalezca­mos las alianzas para mejorar nuestras prácticas agrarias y favorezcam­os la instalació­n de más agricultor­es, mientras conservamo­s la biodiversi­dad, gestionamo­s mejor el agua y preservamo­s la fertilidad de la tierra.

Y, sobre todo, no dejemos que nos roben la agricultur­a. Los fondos buitre están hace años en nuestros pueblos. Uberizan la agricultur­a, compran tierras, imponen megaparque­s eólicos o solares en tierras fértiles donde se debería cultivar y nos expulsan de nuestros pueblos. Las soluciones deben ir en beneficio directo de los profesiona­les del campo. Yo estoy con los agricultor­es. No concibo una profesión más esencial, junto a la educación y sanidad. ¡Por algo es el sector primario y por algo la PAC ha sido históricam­ente la madre de todas las políticas públicas europeas! Comemos todos los días y sin agricultor­es no hay comida. Con agricultor­es de nuestros pueblos, sí, con los señoritos especulado­res y agricultor­es de sofá, no.

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