Zuera es la prisión con mayor ratio de agresiones de toda España
Los funcionarios de Zaragoza y Puerto III, en Cádiz, han sufrido 27 ataques en cada una Con 508 a nivel nacional, se ha batido el récord de ataques, un 12% más que en 2022
El año 2023 fue el más violento de los últimos en las cárceles españolas. Con 508, se batió un nuevo récord de agresiones a funcionarios de prisiones. A pesar de que descendió la población reclusa (especialmente los internos condenados por delitos sexuales), aumentó en un 12% el número de ataques contra funcionarios de prisiones con respecto a 2022.
Lo dicen los datos que acaba de hacer públicos la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIP). El grupo Prensa Ibérica, al que pertenece este diario, elabora con ellos la radiografía de la violencia en los penales españoles, para valorar cuál es el más conflictivo. Y este año hay tres cárceles que han despuntado por encima del resto. Las dos primeras son la de Zuera y Puerto III (Cádiz), ambas con 27 agresiones.
La tercera sería la prisión palentina de Dueñas, que, aunque ha tenido un número inferior de agresiones a funcionarios (20), es también la que cuenta con menos reclusos. Eso supone el segundo mayor ratio de agresiones de todas las prisiones de España, solo detrás de Zuera. La de Daroca está entre las últimas de la lista, con tres ataques a funcionarios.
El año 2022 cerró con la cárcel de Madrid V (Soto del Real) como la más peligrosa de España, según el número de ataques contra trabajadores. El penal madrileño registró 24, de los que 18 se saldaron con lesiones de mayor o menos consideración.
Acaba de terminar 2023 y hay dos centros penitenciarios que han tomado el relevo al frente de esta clasificación. La de Soto del Real ha bajado hasta la sexta posición. La zaragozana y la gaditana superaron las cifras de Soto del Real en 2022, ya que en cada una de ellas se contabilizaron 27 agresiones. Pero, si hay que destacar a una por encima de la otra, esta sería la de Zuera, porque uno de esos 27 ataques concluyó con balance de lesión grave del funcionario
Además, de las cárceles que se encuentran en los 10 primeros puestos, la aragonesa es la que ha experimentado un incremento mayor de agresiones con respecto a
2022 (un 80%), ya que no estaba entre las cárceles más conflictivas del pasado año, cuando solamente se contabilizaron 15 ataques contra funcionarios de prisiones.
¿Qué ha sucedido en 2023? Fuentes de la prisión aseguran que «la altísima ocupación es uno de los principales problemas. Tiene 1.150 presos en la actualidad. Es una cifra por encima de su capacidad. Y así es muy difícil mantener un orden». A eso se le suma que «de los 14 módulos en los que está dividida la prisión, dos están cerrados porque están en obras. Eso ha provocado que esos internos sean incluidos en otros módulos. Se mezclan presos de diferentes clasificaciones y genera muchos conflictos».
Además, al contar con módulo de régimen cerrado (para los presos más conflictivos), en esta cárcel «se concentran presos muy peligrosos. Hay paramilitares del este de Europa. O hay latinos que son miembros de diferentes bandas rivales y eso genera tensión y peleas entre ellos», cuentan esas fuentes.
/ AGRESIONES GRAVES En Puerto III, al igual que en la aragonesa, se registraron 27 ataques contra funcionarios. La única diferencia, que es la que hace que esta cárcel esté segunda y no primera, es que no se ha registrado ninguna agresión con resultado de lesiones graves para el funcionario.
Sin embargo, esta es, por definición, una cárcel más conflictiva. Así lo ha sido siempre. De hecho, en la lista del año pasado aparecía en tercer lugar (mientras que la aragonesa no estaba ni entre las cinco primeras). El año pasado registró 20 agresiones a funcionarios, de las que 15 se saldaron con lesiones de la víctima.
El problema es también «la masificación. Somos, junto a la cárcel de Valencia (Picassent), la que más internos tiene. Lo que sucede es que la de Valencia es mucho más grande. Es la más grande de España y la segunda de Europa. Puerto III es mucho más pequeña, pero tiene a muchos presos», explican fuentes penitenciarias. En 2022 contaban con 1.254 reos y este 1.270. «Y el hacinamiento sólo puede provocar incidentes. Es un reflejo de cómo estamos. Vamos a peor. Otras prisiones andaluzas como la de Sevilla II (Morón de la Frontera) o Botafuegos (Algeciras) tienen un 30% menos de ocupación».
También se encuentran con el mismo problema que Zuera: «La mala clasificación de los internos. La mayoría de las veces obedece más a la necesidad de la prisión que a la idoneidad de los presos. Y eso impide que se pueda llevar a cabo con el interno un tratamiento adecuado», prosiguen estas mismas fuentes.
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SIN MÉDICOS SUFICIENTES Del mismo modo, tanto funcionarios del penal aragonés como del gaditano coinciden en el mismo problema: «No hay médicos suficientes. Especialmente psiquiatras. Podríamos decir que entre el 30% y el 35% de la población reclusa tiene graves problemas mentales. Pero en España sólo hay dos penitenciarios psiquiátricos: uno en Sevilla y otro en Alicante. Eso hace que el resto de cárceles sean manicomios», denuncian.
La cárcel palentina de Dueñas se coloca, por primera vez, en este podio de dudoso honor. El informe de la Secretaría General contabiliza 20 agresiones a funcionarios de prisiones, de las que 13 se han saldado con lesiones leves y otras 7 sin que las víctimas hayan tenido que recibir atención médica. Un incremento del 25% respecto a 2022, cuando se contabilizaron 16 ataques.
La clave en este caso es, según cuentan funcionarios de la prisión, «el factor vasco. El País Vasco ahora tiene la competencia de prisiones y lo que hace es quitarse de encima a los presos más conflictivos».
Los sindicatos coinciden en que los problemas estructurales de las prisiones españolas son los mismos año tras año, y que no se resuelven. Y que, además, estas estadísticas «están cocinadas. Eso significa que muchas no están contabilizadas. Ni amenazas ni insultos constan. Las amenazas de muerte, tocamientos, empujones y salivazos, que son agresiones en otras administraciones, no se contabilizan en Prisiones y parece que vayan en el sueldo según estos interlocutores», protestan desde TAMPM (Tu abandono me puede matar). Desde ACAIP-UGT se quejan de que «la administración penitenciaria hace una política de buenismo que no tiene en cuenta a un porcentaje de la población reclusa que es la protagonista de la mayor parte de las agresiones, hay graves problemas con la sanidad penitenciaria con la acuciante falta de médicos que provoca un aumento de la agresividad, bien por falta de medicación o bien por falta de atención».
También coincide CSIF, que exige que «proporcione una formación integral y de calidad a la totalidad de la plantilla, que adecue y modernice los medios de contención dotando a los trabajadores de elementos como puede ser las defensas eléctricas tipo Taser, que se modifique el régimen disciplinario de los internos adaptándolo a la realidad actual y endureciendo las sanciones».
En la prisión de Zaragoza ha crecido un 80% el número a acometidas en un año
«La altísima ocupación» es uno de los principales problemas