«No me planteo trabajar en una clínica por el salario que tiene»
Pablo Mavilla, veterinario de 25 años, terminó la carrera hace un año en la Universidad de Zaragoza y en la actualidad está cursando un máster en Nutrición Animal. «Estoy contento porque ya me han ofrecido trabajo para este año en Tudela», asegura.
Un futuro que sabe que no tendría si se hubiera dedicado a la veterinaria en una clínica de mascotas. «Partiendo de que no es una rama que me apasione, no está pagado. Son muchas horas y cobras muy poco para todo lo que haces», señala el joven.
Como él, asegura que la mayoría de sus compañeros ha decidido dedicarse a otros sectores. «Nos interesan otros oficios que tengan mejores salidas, todos pensamos lo mismo, que la clínica está muy mal pagada», insiste.
Otro de los motivos por el que considera que el trabajo de clínica es «muy sacrificado» es porque «tienes que estar formándote continuamente». Incide en que, a los pocos que conoce en este ámbito, «la mayoría están buscándose la vida haciendo muchos cursos de formación, porque te exigen una preparación y una formación con la que no sales de la carrera».
Admite que la experiencia de trabajar en una clínica no le gustó «nada». Fue durante las prácticas de la carrera y fue cuando se dio cuenta de lo «mal pagada» que está esta profesión y las horas de «guardia y extra» que se hacen sin control. Sobre el oficio en general, añade que «es muy vocacional, si no es tu pasión, no lo aguantas».
Una realidad que, según dice, ya avisaban los profesores durante la carrera. «Te insisten mucho en que las mejores salidas están en el sector porcino y en los laboratorios, aunque entiendo que al que le gusten mucho los animales quiera estar en una clínica y que se mejoren las condiciones», expone el joven.
Durante su experiencia universitaria pasó un curso en Francia, donde estuvo trabajando como veterinario. Allí «las condiciones mejoran bastante, a nivel
económico y de reconocimiento de la profesión». Y, a pesar de que tiene claro que su futuro está en el mundo rural y en «el sector de los piensos», no descarta del todo volver a salir de España. «La experiencia fue increíble, estuve muy a gusto y el ambiente laboral es muy bueno»,
declara. Como perspectiva general, cree que el mundo de la veterinaria ha evolucionado mucho. Explica que no solo a nivel profesional la preparación «es mayor y mucho más especializada», sino que, a nivel social, la responsabilidad de los propietarios de las mascotas ha cambiado
mucho en los últimos años. «Antes igual las personas no se planteaban operar a sus mascotas de urgencia y ahora buscas a profesionales que sabes que van a tratar bien a tu perro o tu gato y que van a hacer su trabajo en las mejores condiciones», considera.