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Miles de niños y niñas zaragozanas disfrutaron ayer del tradicional desfile infantil La tradición y la novedad volvieron a ser un exitoso dúo
Gigantes disfrazados para la ocasión, juglares sobre zancos... ¡y hasta un tractor! Miles de niños y niñas abarrotaron en la mañana de ayer la calle Alfonso y la plaza del Pilar para celebrar el tradicional desfile infantil de carnaval, acto que puso el colofón a los actos de una de las festividades más esperadas por los zaragozanos como mejor previa a la primavera. Una mañana llena de ilusión en la que, acompañados de sus padres y familiares, los más pequeños pudieron pasárselo en grande y convertirse, por unas horas, en los personajes a los que idolatran gracias a sus coloridos atuendos.
Habituales han sido también las entrañables escenas de los más pequeños a lomos de sus padres para no perderse ni un detalle del peculiar desfile que recorrió la calle Alfonso, para culminar en una serie de actuaciones y shows para que el público infantil disfrutase de lo lindo.
De los modernos trajes de los populares superhéroes y superheroínas de los Vengadores a los más tradicionales y que no pierden vigencia ni actualidad, como bomberos, piratas, sevillanas, princesas, polis y cacos o los ninjas, otro de los atuendos que nunca falla a estas citas. Nadie quiso perderse tampoco a los celebérrimos Titiriteros de Binéfar en las inmediaciones de la fuente de Goya. Hasta un tractor se coló en la abarrotada plaza del Pilar. Una imagen que casi se había convertido en habitual a lo largo de la pasada semana, aunque su objetivo en esta ocasión se circunscribía única y exclusivamente a la festividad.
Al desfile previo no faltaron los personajes propios de la ciudad. El Conde de Salchichón, el Rey de Gallos, el Caballero de la Hornilla o la Mojiganga habrían paso a dos de los protagonistas, doña Cuaresma y don Carnal, que asimismo fueron los encargados de cerrar la mañana con una cuenta atrás. Acompañados estuvieron por los gigantes de la ciudad, que también se habían disfrazado para la ocasión con máscaras y trajes decorados que bien hubiesen merecido un premio de haberse celebrado un certamen al mejor disfraz.
Unos gigantes que, no contentos con haber cambiado su habitual look para el carnaval infantil, dedicaron una serie de bailes que dejaron impresionado a más de uno. En esto último, los boquiabiertos eran jóvenes y mayores por igual. Y es que, como suele decirse, la ilusión de un niño siempre vive dentro del adulto. A la tradición le acompañó, como es cada vez más habitual, la novedad, con una larga fila de mariposas que se habrían paso entre los más jóvenes sobre sus vehículos modernos, como son los patinetes.
Todo ello como previa para un espectacular show de los Titiriteros de Binéfar, que tuvieron entretenidos durante más de una hora a los miles de zaragozanos concentrados en la plaza. Y, de nuevo, no hubo distinción en el disfrute entre adultos y pequeños, hipnotizados por los bailes y las letras de unos titiriteros que son de fama nacional... y casi podría decirse que, con total merecimiento, mundial. La cuenta atrás ya citada puso fin a la cita, y los pequeños y no tan pequeños ya esperan ansiosos que llegue el carnaval de 2025.