Los cirujanos privados piden actualizar las tarifas

Los cirujanos con actividad privada en Zaragoza han dicho basta a las aseguradoras y ya han comenzado a negociar con ellas una actualización de las tarifas. La primera está siendo Caser, con quien llevan reuniéndose desde hace alrededor de un mes. Este próximo jueves es la fecha límite que tienen para aceptar la oferta de los trabajadores, si no, «todos los cirujanos se darán de baja de Caser», lo que supone que «desgraciadamente, los asegurados no tendrán cirujanos para ser vistos u operados» y «tendrán que buscar otras compañías», reconoce el portavoz del colectivo.

En un principio era el día 1 de febrero pero «tenemos talante negociador y no queremos imponer», por eso se retrasó la fecha para «darles margen de valorar las cosas», aseguran desde la Asociación de Cirujanos con Actividad

Privada en Zaragoza, que aglutina a todos los especialistas en Cirugía General y del Aparato Digestivo que ejercen la actividad privada en la capital aragonesa (son unos 34).

Sus peticiones son «moderadas» y «razonables» y «se está cediendo por ambas partes», asegura; y precisa que «llevamos un decalaje de un 130%» debido a la subida del IPC desde que no se actualizan las tarifas. Recuerda en este sentido cuánto han subido los precios de los profesionales que acuden a casa a arreglar un electrodoméstico.

«Estamos recibiendo por atención en consulta unos precios ridículos». Un cirujano general que atiende en consulta una primera visita de un paciente recibe 18 euros y 12 en las sucesivas consultas, que tras aplicar el IRPF es inferior. Una operación de hernia se remunera a 117 euros pero incluye el ci

rujano principal, el ayudante, el instrumentista si lo necesita, los desplazamientos al hospital, las visitas, etc. Otras cirugías más complejas como un cáncer de mama o de colon asciende a 445 euros.

«Son precios ridículos», insiste el representante de la asociación, ya que «hace más de 30 años que no se actualizan de manera razonable, como se tendría que haber hecho». Piden, por ejemplo, que esa operación de hernia tenga una tarifa de 300 euros, que es «un precio razonable teniendo en cuenta todo lo que incluye».

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SIN PODER ASOCIARSE Pero, ¿por qué esta reclamación llega ahora? Por algo «muy sencillo». Las compañías aseguradoras «se hicieron con todo el sector, con todos los pacientes e impusieron sus normas unilateralmente», explica el portavoz. Además, «el sistema los protegía frente al médico aislado». Uno podía protestar y pedir un aumento pero «como cirujano individual» no el gremio, así que «las corporaciones se reían». Los profesionales tenían prohibido asociarse para negociar, lo que «era un abuso y una desventaja total».

La situación cambió hace cuatro años, cuando se constituyó una asociación a nivel nacional, Unipromel, que llevó este asunto a «los tribunales de la Unidad Europea» y les dio la razón, se podían asociar para negociar. También lo ratificó el Tribunal de la Competencia.

Por eso en 2023 se constituyó la asociación en Zaragoza porque «hasta ahora no nos escuchaban», asegura.

Ellos son los primeros profesionales en protestar porque «pasa y va a pasar con todas las actividades en la privada» y también «con todas las compañías». Caser es la primera pero «se continuará». Algunas han hecho algún gesto «estimuladas por la situación tratando de hacer concesiones, aunque sean mínimas», señala; pero sobre todo ha sido «por apariencia».

La situación ha llegado «al límite» y se «trabaja a pérdidas». Se compara con los agricultores porque «en todos los sitios donde hay intermediarios, pasa lo mismo; los protagonistas se quedan con lo mínimo y se trabaja a pérdidas», concluye.