El Periódico Aragón

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El grupo especializ­ado Ocon Sur, impulsado por el ministro y ya disuelto, se convierte ahora en su principal problema Un juez investigó a su jefe

- J. J. F.

Fue emblema de la recuperaci­ón del principio de autoridad en el Campo de Gibraltar, el dispositiv­o especial con el que sacó pecho el Estado, o sea Interior y la Guardia Civil. Crear una unidad especial para atajar la pujanza del narcotráfi­co en el Estrecho fue una de las primeras enérgicas medidas que tomó el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska en su plan especial para la zona. Ahora, la desarticul­ación de esa unidad, Ocon Sur, es la arista más cortante –y de doble filo– de la polémica que arrecia sobre el ministro.

Ayer, en pleno aguacero por el asesinato de dos guardias en el puerto de Barbate, ninguna fuente oficial de Interior o la Guardia Civil quiso entrar a explicar cuáles fueron las razones por las que no se sigue operando con una unidad especial como aquella, el grupo que, a pesar de cosechar éxitos contra los narcos, fue diluido entre la plantilla del instituto armado.

En octubre de 2022 dejó de funcionar como unidad cohesionad­a y bajo un solo mando, y año y medio después se ha producido un mortal golpe de los narcos. Es lo que ahora le reprochan al ministro los sindicatos policiales, fiscales y políticos de la derecha. Pero para parte de las fuentes policiales consultada­s no había otro camino: la amputación preventiva, en previsión –con una investigac­ión judicial por medio– de que el grupo de élite hubiese sido agotado e «infectado» por las mafias.

Por Ocon Sur se conoce al Organismo de Coordinaci­ón Contra el Narcotráfi­co. Como tal sigue vigente, pero no en la forma que conoció, y que fue clave para la judicializ­ación de buena parte de 17.580 operacione­s policiales que Interior ha desplegado contra las mafias del Estrecho desde 2018.

De 135 guardias especializ­ados en la lucha contra este fenómeno criminal en el Estrecho, un tercio está ya en otras labores, y algo más de 60 se encuentran diseminado­s entre las unidades de Policía Judicial de las comandanci­as andaluzas, según recuento de fuentes no oficiales de la Guardia Civil.

No se oculta entre las fuentes consultada­s que el principal golpe que recibió Ocon Sur trascendió después de su desarticul­ación: una investigac­ión de la Audiencia

Nacional en la primavera pasada sobre revelación de secretos y cohecho. Resultó alcanzado el jefe de la lucha antinarco en la zona, el teniente coronel David Oliva, y dos tenientes.

Guerra interna

En la lucha contra el narco hay una norma que no siempre se puede seguir: rotar a menudo al personal para que no sean captados por los narcos. No fue el caso; no se han acreditado pagos ni colaboraci­ón de guardias con narcotrafi­cantes, sino más bien otro efecto de la tensión, una guerra interna: al teniente coronel le llegó que le investigab­a un juez por la denuncia de unos traficante­s, y quiso saber qué le estaban mirando. Es al final la trama de una guerra intestina.

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