El Periódico Aragón

Cara... ... y cruz

Velázquez suma el 83 % de los puntos en casa pero solo el 22 % fuera, donde es de los que más ha tardado en ganar desde el último descenso

- J. OTO ZARAGOZA

El Real Zaragoza de Julio Velázquez es uno en casa y otro bien distinto fuera. La distinción se viene agudizando en las últimas jornadas para mostrar un equipo sobrio, seguro, solvente y sólido en La Romareda, pero en el que todas esas virtudes se reducen notablemen­te cuando sale de viaje. La tónica no es nueva, ya que el Zaragoza ha sido incapaz de ganar en los feudos de los equipos de la primera mitad de la tabla a los que ha rendido visita, pero es que Velázquez todavía no se ha estrenado a domicilio. Y ya es uno de los entrenador­es que más tardan en hacerlo desde el último descenso.

No gana el pucelano fuera pero no pierde en casa, donde residen las esperanzas e ilusiones de un zaragocism­o que se congratula del rescate de solvencia como local de una escuadra que suma diez de los doce puntos que se han puesto en juego en la Romareda desde que llegó Velázquez. A los triunfos ante Leganés (1-0), Andorra (2-0) y Sporting (3-0) se suma el empate frente al Levante (2-2) en un partido que los aragoneses tenían encarrilad­o al descanso con dos goles de ventaja, pero que acabó en tablas merced a dos errores defensivos explotados por los granotas.

Ese 83% de los puntos cosechado en casa contrasta con el 22% que el Zaragoza tan solo ha sido capaz de retener en los seis desplazami­entos llevados a cabo hasta ahora, en los que atesora un balance de dos derrotas (por la mínima tanto en el estreno de Velázquez en Albacete como el pasado domingo en Eibar) y cuatro empates (1-1 en los feudos de Espanyol, Eldense y Amorebieta y sin goles en Alcorcón). La diferencia es notoria y pone de manifiesto las dos caras bien distintas que está mostrando el Zaragoza desde que Velázquez tomó las riendas.

El equipo, eso sí, compite. Así volvió a quedar claro en Ipurua, un feudo prácticame­nte inexpugnab­le a lo largo de todo el curso. Pero también en tierras vascas el cuadro aragonés evidenció los problemas que le vienen lastrando durante la temporada. El principal, sin duda, afecta a la generación de juego y a la creación de ocasiones. Con un disparo entre los tres palos en todo el partido (de Mollejo a las manos de Luca), el Zaragoza sumó su tercer partido fuera de casa sin anotar de los seis dirigidos por el pucelano. Entre todos ellos, el cuadro blanquillo ha celebrado apenas tres tantos, lo que supone uno cada dos encuentros. El problema ofensivo es evidente y, de hecho, es el sexto equipo que menos goles ha marcado a domicilio hasta ahora.

Sin embargo, la cosa cambia en casa, donde el Zaragoza siempre

El Zaragoza siempre marca en casa pero fuera no ha visto puerta en 3 de 6

El equipo aragonés aún no ha sido capaz de ganar a domicilio a un aspirante a subir

ha marcado desde que se produjo el relevo en el banquillo. Ocho tantos a favor (dos por partido) y apenas dos en contra en los cuatro choques disputados en el estadio municipal inciden en la transforma­ción del Zaragoza cuando juega junto a su gente. Fuera de casa, sin embargo, su errática trayectori­a le impide acercarse a un playoff que sigue a más de un partido y pendiente de ese golpe de autoridad que, de momento, no es capaz de dar.

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LA COMPARATIV­A La demora de Velázquez en ganar como foráneo le convierte ya en uno de los entrenador­es que más tarda en hacerlo desde el último descenso. La inmensa mayoría de los técnicos que han pasado por el banquillo zaragocist­a a lo largo de las últimas once temporadas cantaron victoria a domicilio antes de los tres meses que el pucelano acumula ya como preparador blanquillo. Iván Martínez, Rubén Baraja y Luis Milla no consiguier­on ganar a domicilio pero la estancia de todos ellos fue efímera (ocho partidos estuvo Martínez, diez Baraja, con el que se ganó 0-3 en Alcorcón pero por alineación indebida del conjunto alfarero, y once el turolense).

El resto de los otros trece entrenador­es que han dirigido al Zaragoza en esta última fase en Segunda siempre lograron estrenar el casillero de triunfos fuera de casa antes que Velázquez.

Tampoco el estilo es el mismo en casa que lejos de ella. En La Romareda, el Zaragoza apuesta (salvo en el duelo contra el Andorra, por las especiales caracterís­ticas de un oponente que basa su existencia en el juego de posesión), por la presión alta, la intensidad y la implacable explotació­n del error del rival para lanzarse a su yugular. Todo ello abrochado por un excelente rendimient­o defensivo, como lo demuestra que Badía aún no ha encajado un gol en La Romareda. A domicilio, sin embargo, el Zaragoza suele someterse al adversario, ya sea el poderoso Eibar, que ya marcó a los seis minutos, o rivales menores destinados a luchar por la salvación como Albacete, Eldense o Alcorcón. En Cornellá, la expulsión de un rival le dio alas para empatar.

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CARLOS GIL-ROIG Mesa, Grau y Francés agradecen el apoyo de los aficionado­s desplazado­s el pasado domingo a Eibar.
 ?? JAIME GALINDO ?? Maikel Mesa lanza un beso para celebrar uno de los goles que ha marcado este curso.
JAIME GALINDO Maikel Mesa lanza un beso para celebrar uno de los goles que ha marcado este curso.

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