El Periódico Aragón

Frustrado el intento de okupación de un piso de Las Armas

Un par de jóvenes se coló en una vivienda del número 34 y llegó a cambiar la cerradura

- A. T. B. ZARAGOZA

Aprovechar­on para ducharse, se fueron al día siguiente y ya no regresaron hasta allí

La okupación es un problema que está a la orden del día en el zaragozano barrio del Gancho, tal y como refieren los vecinos al pormenoriz­ar los problemas que conlleva la usurpación ilegal como, por ejemplo, el tráfico de drogas, la insalubrid­ad o la prostituci­ón. No en vano, la Asociación de Vecinos Plataforma de Afectados El Gancho-Pignatelli contabiliz­a, a día de hoy, una veintena de inmuebles okupados en varias vías de la zona como la calle Cerezo (4, 39, 42 y 56), Pignatelli (48, 69 y 76) o Casta Álvarez. (53 y 72). Y a ellos estuvo a punto de unirse este pasado fin de semana uno de los pisos de la planta principal del número 34 de la calle Las Armas porque dos jóvenes se colaron en su interior e incluso cambiaron la cerradura.

Así lo explicó ayer a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN un vecino –Juan Carlos Vázquez– que reside en la citada vía y que tuvo conocimien­to de este episodio con el paso de las horas y el consiguien­te runrún vecinal. «Se ve que hicieron lo que quisieron y parece que se ducharon por los rastros que dejaron. Había toallas tiradas en el suelo», señaló Vázquez, quien incluso concretó que los usurpadore­s «cambiaron la cerradura» de la puerta para que pudiera «funcionar» con su propia llave. De todo ello fue consciente una vecina del mismo bloque, quien dio la voz de alarma al Cuerpo Nacional de Policía para evitar que la situación sumara tintes de difícil solución en el caso de que los okupas decidieran regresar.

/ RESIDENCIA INTERMITEN­TE Se da la circunstan­cia de que la propietari­a del piso no reside de forma permanente en la capital aragonesa, sino que visita el domicilio con una frecuencia mensual. Como consecuenc­ia de todo ello fueron avisados varios familiares de la víctima, que se desplazaro­n hasta allí para denunciar los hechos y atajar el problema con una «nueva» cerradura.

Por el momento se desconoce cómo accedieron los okupas al inmueble y algunos vecinos aventuran, por un lado, que entraron directamen­te por la puerta, aunque otros no descartan que lo hubieran hecho por la terraza. Tampoco están seguros de sus intencione­s delictivas al abandonar el piso el domingo por la tarde. «Pensamos que podrían estar buscando clientes para ese sitio», pronosticó Vázquez.

Precisamen­te, también el pasado domingo, la Policía Nacional detuvo a un okupa y a un conocido de este último que se amenazaron con cuchillos a las puertas de un edificio reokupado de la calle Pignatelli. El número 76 fue tapiado hace dos años y, en octubre de 2023, volvió a ser usurpado en su totalidad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain