La presión interna obliga a Feijóo a recular con los indultos
El partido no lo estaba ➲ entendiendo y había que ser más contundente
El mensaje no se estaba entendiendo y el malestar en todos los territorios y en las bases del PP no menguaba. Las explicaciones del fin de semana por boca de Alberto Núñez Feijóo no fueron suficientes porque repetía la idea de los indultos condicionados. Algo, que ni es compartido por una inmensa mayoría de dirigentes cuando se trata de Carles Puigdemont, ni nadie en el partido piensa que sea el momento de reflexionar sobre ese asunto. El aluvión de avisos que llegaron a Génova en las horas previas al mitin del lunes por la noche en Marín fue total.
En esa intervención, tras las advertencias de que había que ser más explícito y contundente, Feijóo cambia el paso: «Yo no soy Peguión. dro Sánchez. No acepto la amnistía, ni la aceptaré. No acepto los indultos, ni los aceptaré». Sin apellidos, ni condiciones. Ese mismo lunes por la mañana, los dos principales dirigentes autonómicos, Isabel Díaz Ayuso y Juan Manuel Moreno, cerraron filas con su líder en público. La presidenta madrileña llegó a decir en una entrevista en Telecinco que «no se daban las condiciones» para la medida de gracia, asumiendo parte del discurso de Feijóo y que nunca había
expresado en esos términos.
La sensación de que el PP estaba perdiendo el control sobre la oposición desplegada contra las alianzas de Pedro Sánchez desbordó al partido. Muchos dirigentes consultados creen que esta crisis trasciende las elecciones gallegas, en las que el partido sigue pensando que podrán alcanzar la mayoría absoluta por el «ecosistema particular» de Galicia, más aislado de la agenda mediática y política de Madrid a pesar de la insistente nacionalización de la campaña.
La cuestión preocupante para todos esos cuadros es que el desconcierto lleve a una crisis de liderazgo de Feijóo y, por tanto, de las siglas. Otras comunidades son muy sensibles a estos giros de
Sobre todo, en un momento clave: con la movilización en las calles al máximo, unas bases entregadas a las protestas contra el Gobierno y un discurso muy duro en todas las instituciones. «¿Pero esto a qué viene?», coinciden dirigentes populares desde el pasado domingo.
Esa es la verdadera cuestión y, por eso, la exigencia a Feijóo de tomar el control de una vez. Algunos dirigentes del PP llegaron a cuestionar las informaciones publicadas por distintos medios, apelando a una especie de operación orquestada por la izquierda. Muchos cargos consultados por este diario reprochan ese camino y consideran que toca deshacer el embrollo por sí mismos.