Viaje en balde
El club descarta a Rossetto cuando el brasileño ya estaba en la ciudad
Las alarmas comenzaron a saltar cuando, a primera hora de la mañana, el club no había avanzado o dejado entrever siquiera la contratación de Matheus Rossetto, que llevaba en Zaragoza desde primera hora de la tarde del lunes para, supuestamente, firmar por el Real Zaragoza. Pero fue pasadas las 11.00 cuando se confirmaron las sospechas al comprobar que el brasileño, que tenía previsto ejercitarse ya a las órdenes de Velázquez, no estaba en el entrenamiento. El club, apelando a que en ningún momento había hecho referencia pública a la posibilidad de hacerse con los servicios del jugador, mandaba balones fuera advirtiendo que entre los planes de la entidad para el día no figuraba hacer nada oficial. La pista era clara: Rossetto no iba a ser jugador del Real Zaragoza.
A partir de ahí, medias tintas, versiones contrapuestas y, sobre todo, mucho misterio. Todo apuntaba a que el centrocampista brasileño, sin equipo y sin competir desde noviembre, no había superado las pruebas médicas a las que, supuestamente, había sido sometido por el Real Zaragoza a última hora de la tarde del lunes, si bien desde la entidad se dejaba entrever, incluso, que el viaje desde Brasil previa escala en Madrid había sido por iniciativa propia del propio jugador y, por supuesto, en balde. Sin embargo, desde el entorno del brasileño se advertía que no estaba lesionado. «Físicamente estoy al cien por cien. Hace tiempo que no juego pero quiero hacerlo cuanto antes», había dicho el propio Rossetto a este diario poco antes de ser examinado por los servicios médicos.
El Real Zaragoza, apelando a la complejidad de este tipo de operaciones marcadas por un largo proceso de conversaciones, negociaciones y pruebas, matizaba que Rossetto realmente nunca estuvo tan cerca como aseguró el propio futbolista y apelaba a las numerosas ocasiones en las que una incorporación no acaba de llevarse a cabo ni siquiera cuando todo parece abocado a ello y el jugador, como era el caso, se encuentra ya en la ciudad. A mediodía ya estaba claro que el fichaje de Rossetto, procedente del mercado del paro, quedaba definitivamente descartado.
La noticia corría como la pólvora y encabezaba informativos. La nada habitual marcha atrás de un club en un fichaje presidía una jornada que será recordada durante mucho tiempo. No es la primera vez que sucede pero la situación era tan anormal como casi surrealista. Ni rastro de Rossetto en las informaciones públicas. Ni un parte, ni un comunicado. Ni una palabra. Nada. El silencio, se
gún fuentes del Real Zaragoza, responde a la falta de potestad de la entidad para hacer referencia a un futbolista que no pertenece al club. Tampoco Rossetto se pronunciaba públicamente al respecto para acabar con las conjeturas y aclarar si, efectivamente, la detección de una lesión había sido el factor determinante para echar atrás su llegada. Nada de nada. Cero.
El jugador dijo el lunes a este diario que llegar al Zaragoza era «un sueño y una gran oportunidad»
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EL GOZO EN UN POZO Y eso que el propio agente del jugador había detallado a EL PERIÓDICO, apenas 48 horas antes de que Rossetto llegara a Zaragoza, que el brasileño firmaría un contrato hasta junio prorrogable por dos temporadas más si el centrocampista disputaba la mayoría de los partidos restantes. El que iba a ser el sustituto de Guti, que apenas le duró una hora al Zaragoza, se marchaba por donde había venido y todo volvía a la casilla de salida. «Estoy feliz, no veo la hora de comenzar a entrenar. Es una oportunidad muy buena para mí jugar en un club tan grande como es el Real Zaragoza y en una competición tan importante y muy distinta a la de Brasil. Siempre he querido jugar en Europa y estar aquí es hacer realidad ese sueño», añadía el brasileño en la entrevista concedida a este diario antes de que todo se fuera a pique. Pues el sueño tendrá que seguir esperando. El Zaragoza descartó finalmente un fichaje que, asegura, nunca estuvo tan abrochado a pesar del largo viaje del futbolista, de su estancia en el hotel de concentración del equipo y de la revisión médica programada.
Rossetto, en definitiva, ya es historia. No formará parte de la plantilla del Real Zaragoza, pero su nombre permanecerá durante mucho tiempo asociado al club. Para el recuerdo quedará aquel chico de 27 años que voló desde Brasil para cumplir su sueño pero que se tuvo que volver a casa con la maleta sin deshacer porque la operación se cayó a última hora. Cosas que pasan. Por muy surrealistas que parezcan.