No hay derecho
Carmen Bardají
Huesca
Si la Delegación del Gobierno no autoriza las concentraciones por causas muy justas de los agricultores, ¿quién las autoriza? Pues las autoriza el resto del país, el pueblo llano, que somos muchos. Cómo se puede trabajar para hundir a los que trabajan. Por una parte están los dueños del planeta (que eso se han creído), y por otra parte están los que no se enteran de nada o no quieren enterarse porque esto no va con ellos. No queremos que la gente coma sano. No es lo mismo comerse unas acelgas recién cogidas de la huerta que las que comemos de las que están encerradas en los almacenes; porque esos son nuestros adelantos, nuestros logros. Podemos comer gominolas, pero cualquiera sabe de qué están hechas, con ese amasijo de colores. A los agricultores no les hace ninguna gracia parar un día el trabajo ( que de momento han sido dos) para hacer una huelga, y encima han tenido que pagar, en vez de ayudarles y animarles. No hay derecho. Son personas trabajadoras que tienen que pensar en su campo y en los demás. Sin los agricultores no comemos. Trabajan para hacer un país rico ahí donde están. Reclaman la tradición de un mayor control de las importaciones de terceros países para tener un mercado equilibrado de frutas y verduras en Europa. Hasta en personas buenísimas existirá la idea de que les da igual lo que hagan, y esto es no pensar en el bien común, porque si lo pensamos a sangre fría es muy fuerte. El trabajo del campo es duro, y encima les ponemos trabas. Luego decimos... ¡Qué mal está el mundo!