Chueca saca adelante sus primeros presupuestos con el apoyo de Vox
Las cuentas fueron aprobadas ayer con los votos favorables del PP y la ultraderecha La izquierda señala al Ejecutivo municipal por sus concesiones a la formación de Abascal
Zaragoza ya tiene aprobadas las cuentas sobre las que deberá trabajar durante este 2024. Con los 18 votos a favor de PP y Vox (el portavoz de la formación de ultraderecha, Julio Calvo, se ausentó por un viaje programado a Madrid) y los 12 en contra de la bancada de la izquierda (PSOE y ZeC), Natalia Chueca logró ayer sacar adelante en el pleno extraordinario sus primeros presupuestos, que alcanzarán los 950 millones de euros. La alcaldesa reivindicó que se trata de un «presupuesto récord», sobre todo en inversión, donde se prevén más de 108 millones de euros. Una cifra que, aseguran desde el consistorio, conforma «la mayor dotación desde hace quince años», desde la Expo 2008.
Chueca quiso detenerse en los tres proyectos estrella de la legislatura, la nueva Romareda, la renaturalización de la ribera del Huerva y la Ciudad Inteligente del Deporte, impulsados desde este 2024, así como la inversión por barrios, en los que remarcó a modo de ejemplo que un 38% del gasto irá destinado al Casco Histórico, casi un 21% a Delicias, un 14,64% a Valdespartera o un 7,16% al Rabal. Tampoco quiso olvidarse de las políticas sociales, a las que el consistorio destinará «más de 100 millones de euros», con la reforma del albergue municipal como uno de sus hitos.
Blanca Solans, concejala de Hacienda, subrayó la «estabilidad y certidumbre» que estas cifras van a proporcionar a la capital aragonesa, gracias al trabajo conjunto de PP y Vox, a quienes la edil popular agradeció sus aportaciones porque, dijo, «enriquecen este presupuesto». Asimismo, Solans se dirigió al PSOE y a ZeC para «agradecer sus enmiendas» (el Ejecutivo incorporó una de cada grupo) y pedirles abiertamente que «apoyen estas cuentas». Con todo, la concejala incidió en que muchas de las propuestas de la izquierda son «populistas», con el único fin de «dilatar la ejecución presupuestaria y generar controversia publicitaria».
La concejala de Vox, Eva María Torres, recogió el guante y señaló
que, «pese a no formar parte del gobierno, le damos estabilidad al año 2024 con este presupuesto». En su intervención, la edil ultraderechista aseguró que Vox va a ser un «paraguas de la libertad» con el objetivo de «desmontar políticas progres y modelos totalitarios como el de la Agenda 2030».
Lola Ranera, portavoz socialista y líder de la oposición, se mostró
muy crítica por la entrada de la ultraderecha en los presupuestos «por primera vez en la historia». «Enhorabuena», remarcaba de forma irónica dirigiéndose a la alcaldesa, para luego incidir en algunos puntos concretos como el «servicio público nefasto en Movilidad» donde, aseveró, «también hay ideología». «No solo hay ideología en apoyar a los antiabortistas, sino también
en revisar carriles bici o vías de pacificación», añadió Ranera.
Cabe recordar que los presupuestos recién aprobados contemplan un convenio de 50.000 euros con la asociación Red Madre, que enmarca entre su misión y objetivos «impulsar y promover en la sociedad la cultura de la vida», terminología empleada históricamente por el sector antiabortista de la sociedad. «En la actualidad, romper un huevo de águila puede suponerte hasta cuatro años de cárcel, mientras que asesinar un bebé se considera un derecho», llegó a afirmar Torres, portavoz de Vox durante el debate, provocando la respuesta de la portavoz de ZeC, Elena Tomás, quien le acusó de emplear «un discurso de 1950». «Los presupuestos son más propios de un chiringuito ultracatólico, con arengas a la familia tradicional y los toros», prosiguió Tomás.
En cualquier caso, no hubo sorpresas de última hora y las enmiendas que volvieron a presentar tanto el grupo socialista como Zaragoza en Común fueron rechazadas, con una discusión sobre los tiempos de defensa incluida. Elena Tomás solicitó en su primera intervención guardar tiempo para exponer el porqué de mantener dos de sus enmiendas, finalizando su primera intervención, de diez minutos, en siete. A modo de excepción, Chueca estaba dispuesta a permitirle un minuto para poder argumentar, algo que Lola Ranera, portavoz socialista, también solicitó y le fue denegado. Un cúmulo de interpelaciones cruzadas que finalizó sin excepción alguna, pasando directamente a la votación, como estaba previsto en el orden del día.