Confiesa el asalto a dos casas y se arrepiente de su «borrachera»
Acepta una pena de dos ➲ años de cárcel y promete al tribunal que no repetirá
Hace dos meses decidió no presentarse a un juicio al que había sido citado como autor de dos asaltos a sendos domicilios de Zaragoza y ayer intentó renunciar in extremis a su abogada para volver a eludir su cita con la Justicia. Pero no le salió bien la jugada porque el ministerio fiscal se opuso a ello y así lo estimó luego el tribunal provincial, presidido por el magistrado José Ruiz Ramo, al dar el visto bueno a la celebración del juicio. Finalmente, A. G. G. reconoció los hechos ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza y aceptó una pena de dos años de cárcel como autor de un delito de robo con fuerza en casa habitada.
Estos fueron los términos del acuerdo alcanzado entre el ministerio público y la defensa ejercida por María Luisa García Peñafiel, que también recoge el pago de 134 euros de indemnización en concepto de responsabilidad civil. La letrada solicitó a los magistrados la suspensión de la pena privativa de libertad para evitar el ingreso de su representado en la cárcel y a ello no se opuso el tribunal en primera instancia a la espera de cerciorarse de la carencia de antecedentes con vigencia. Y es que sí los tiene, pero cancelados, al cumplir condena por una sentencia de 2011 y dos de 2013 por sendos delitos de robo con fuerza en las cosas (siete meses de cárcel), robo con violencia e intimidación (un año y seis meses) y robo con fuerza en casa habitada (cuatro años).
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VIVIENDAS HABITADAS Los hechos de los que ayer se declaró culpable se remontan al 29 y 30 de abril de 2022. El primer golpe lo cometió contra una vivienda situada en la calle Aben Aire de Zaragoza al colarse en el domicilio por una ventana que estaba abierta. Se llevó un teléfono móvil y abandonó rápido el piso al toparse con la propietaria en el salón. Solo un día después, forzó la cerradura de un piso de la calle Doctor Alejandro Palomar, aunque en esta ocasión no logró hacerse con ningún efecto. Volvió a ser pillado in fraganti cuando se disponía a salir por la puerta porque, justo en ese momento, la abría uno de los moradores.
Ayer por la mañana, A. G. G. mostró su arrepentimiento ante la sala y asintió ante los magistrados cuando estos le advirtieron de que no volviera a las andadas. «Estoy luchando por mis niños y no merece la pena mi vida de antes. Tuve una borrachera tonta y se me fue la cabeza», explicó en alusión a los episodios denunciados. La sentencia, que fue dictada in voce, es firme al señalar las partes que no presentarán recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). La causa la ha dirigido el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza.