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El certamen acoge el debate sobre el porvenir del sector, donde la Inteligencia Artificial (IA) juega un papel clave Los visitantes se muestran atentos y escépticos a partes iguales
La tecnología y el mundo del campo pueden parecer polos opuestos, pero desde hace ya décadas cada vez están más cerca y, en el futuro, cada vez se van a atraer más. Los avances técnicos han permitido en muchos casos simplificar las tareas de los agricultores y de los ganaderos, dos sectores al comienzo algo reacios a las novedades pero que han comprendido que la tecnología, más que una enemiga, es una aliada.
Así pues, en la FIMA se está demostrando el creciente interés (aunque también las dudas) que muestran los trabajadores agrícolas por las nuevas invenciones. Esa expectación es patente en las actividades paralelas que se están desarrollando en las instalaciones de la Feria de Muestras durante todos los días del evento. Porque no solo de estands expositores vive la FIMA y durante esta semana se suceden charlas, mesas redondas, foros y seminarios.
Ayer, la principal atracción en ese sentido fue la Inteligencia Artificial y su aplicación en el campo. La plataforma IndesIA, una asociación sin ánimo de lucro, acercó en dos conferencias las oportunidades que ofrece la IA en el sector agrícola. El punto de partida para IndesIA es que la agricultura es una industria que genera cada vez más datos, lo que se ha convertido en una
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«La Inteligencia Artificial va a ser un factor diferencial, queremos derribar mitos», dice Mallada
fuente valiosa de información y su eficiente aplicación es fundamental para tomar mejores decisiones para aumentar la eficiencia de las operaciones. «Nuestro objetivo es traccionar esa cadena de valor. Queremos darnos a conocer y generar un impulso que puede ser muy beneficioso en muchos ámbitos, incluido en el agrícola», explicó Diego Mallada, director teconológico de IndesIA, una asociación que trata de implementar una tecnología que ya da sus frutos en la industria o en la logística.
La optimización de la producción, la predicción del clima y la mejora en la distribución de los recursos hídricos, la detección de plagas y enfermedades o un mejor uso de fertilizantes y plaguicidas son algunos de los beneficios que la IA puede aportar a los agricultores. Eso sí, estos avances todavía tienen muchos retos pendientes para que su introducción en el día a día del sector pueda estar al alcance de las empresas interesadas. Al ser una tecnología tan novedosa, no abundan los expertos en el sector y su implementación todavía es muy costosa. Sin embargo, Mallada aseguró ayer que hay inversiones de todo tipo y que no hace falta hacer «desembolsos tremendos» para beneficiarse de las ventajas de la IA: «Hay ejemplos de empresas que en solo tres días han encontrado ya valor en lo invertido».
Aunque lo cierto es que es la Inteligencia Artificial, tecnología que trata de imitar la inteligencia humana, generó todavía más controversia y reticencia que aceptación entre los asistentes ayer a la FIMA. «Uno de los principales objetivos de IndesIA es romper barreras y desmontar mitos. El acceso a la IA es cada vez más sencillo y estamos seguros de que va a ser un factor diferencial en no mucho tiempo», subrayó Mallada, que se apoyó en más de 90 casos reales en los que esta tecnología ha conseguido triunfar ya en el sector.
Por ello, en la FIMA quedó patente que el campo no se quedará fuera de una revolución a la que parece que está abocado el mundo tras la aparición de la IA y todo parece indicar que las ventajas de las nuevas tecnologías volverán a imponerse al temor a lo desconocido.
IndesIA es una asociación sin ánimo de lucro que quiere dar a conocer las ventajas de la IA