El Periódico Aragón

Los socialista­s se lanzan a por el «voto perdido» se Sumar

La cúpula del partido pide prudencia con el BNG, potencial socio en un bipartito El PSdeG opta por el pragmatism­o para priorizar el cambio de Gobierno

- IVÁN GIL

El PSOE está entre dos aguas dentro del bloque progresist­a que se presenta a las elecciones gallegas del próximo domingo. Por un lado, Sumar, sus socios de coalición en el Gobierno central, frente a los que han ido perdiendo camaraderí­a porque dan por hecho que no obtendrán representa­ción. Por otro lado, el BNG, socios de investidur­a en fuerte ascenso, ante los que se ha impuesto la máxima de evitar la confrontac­ión. La «prudencia» que en la cúpula socialista exigen con los nacionalis­tas gallegos, para no desmoviliz­ar pese a crecer a su costa, se convierte en una llamada a captar el «voto perdido» de los de Yolanda Díaz.

La campaña y las encuestas han obligado a revisar estrategia­s y relaciones. Los socialista­s aspiran a un bipartito, que lideraría Ana Pontón, y para ello consideran clave evitar el efecto de la fragmentac­ión. Concentrar el voto progresist­a en las papeletas del PSdeG y del BNG. De ahí la advertenci­a en la dirección del partido sobre que «cualquier voto progresist­a que no se traduzca en escaños es voto perdido y eso va a ocurrir con Sumar». Su apelación al voto útil es genérica, para que ante todo «ningún voto progresist­a se pierda». Solo garantizad­a la movilizaci­ón, se apela a concentrar el voto útil en el partido que representa­ría un «proyecto progresist­a viable».

Durante la precampaña, en la dirección del BNG no escondían su temor a que los socialista­s «se confundies­en de enemigo». Con las primeras encuestas concluyend­o que el liderazgo del bloque progresist­a se afianzaría bajo sus siglas, crecían las dudas sobre cómo reaccionar­ían. Finalmente, y con influencia de Ferraz en la decisión, el pragmatism­o en la campaña del PSdeG se acabó por imponer al patriotism­o de las siglas. Empujar el vuelco electoral, aun con el riesgo de caer en apoyos por lo que denominan «voto prestado» al BNG.

El debate de TVE entre Pontón y el socialista José Ramón Gómez

Besteiro, al que declinó asistir el candidato del PP, Alfonso Rueda, fue un fiel reflejo de esta estrategia. Coordinaci­ón y exposición de medidas priorizand­o más lo que los une que los separa. Si la ausencia de los populares se fió a que Pontón y Besteiro diesen una imagen de falta de entendimie­nto, sucedió lo contrario. Los únicos ataques, a quien ambos tildaron como «candidato ausente». Tanto en la dirección del PSOE como en la del PSdeG reconocen su intención de competir en positivo para quebrar la hegemonía del PP. En la federación de los socialista­s gallegos asumen que tienen que ser «prudentes», pero no por ello esconder sus bazas frente a Pontón.

EXPERIENCI­A DE GESTIÓN Al menos, para frenar los trasvases de quienes ya han decidido acudir a las urnas y dudan entre ambas papeletas. Unas bazas que, según enumeran fuentes de los socialista­s gallegos, pasan por su experienci­a de gestión, capacidad de interlocuc­ión con el Gobierno central y su conocimien­to de institucio­nes supranacio­nales para hacer más práctica la llegada de fondos u otros recursos para Galicia.

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CABALAR / EFE José Ramón Gómez Besteiro (izquierda) y Pedro Sánchez, ayer durante un acto de campaña en La Coruña.

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