«El corazón ha tirado de esta película y traspasa la pantalla»
‘La estrella azul’ se preestrenó ayer en los cines Palafox de Zaragoza
Recordó ayer Pepe Lorente que, desde que se embarcó en la aventura de hacer de Mauricio Aznar de la mano de Javier Macipe, jamás pensó, a pesar de todo que La estrella azul no fuera a poder rodarse: «Tenía una fe inquebrantable en que esto se iba a hacer. Incluso cuando Javier me llamó desde Argentina y me dijo ‘Pepe, no se va a hacer, lo siento’, pensé que se iba a hacer». Y, por eso, explicó, «cada día, durante cuatro años, le mandaba por whatsapp una frase cantada de Mauricio o algo a Javier y él me mandaba correcciones. No ha habido un día que no he trabajado en Mauricio».
A su lado, el aludido asintió y señaló: «Hubo un momento en el que me dijeron los productores que volviera de Argentina que la película era imposible. A mi familia se lo dije y a algunas personas ni me atreví como a la madre de Mauricio. ¿Qué pasó? Que en cuanto se lo dije a ciertas personas de mi entorno se negaron a escucharlo, me dijeron que no, que la tenía que hacer aunque fue con el móvil. Y esa gente fue la que nos fue empujando y encontramos una manera que requirió mucha creatividad, esfuerzo y apoyo colectivo para poder hacerla».
Ayer, una década después de que la máquina empezara a buscar engrasarse, La estrella azul se preestrenó en los cines Palafox de Zaragoza ante casi 1.000 personas y el próximo viernes, 23 de febrero, se estrenará en las salas de toda España. ¿Trabajo cumplido? «La película ya sabemos que gusta, y venimos a compartirla en casa, a observar y ver cómo se ha cumplido un sueño no solo con la película sino con una carrera, desde el momento que yo soñé con hacer cine. Lo conseguí».
¿Ha cambiado la película en esta década? «Ha cambiado y mejorado mucho. Mi padre siempre me enseñó a hacer de los problemas virtud, y cada vez que hemos tenido un traspié ha sido la roca a la que te agarras para subir la montaña. Hemos ido destilando la esencia de la película, hemos conseguido hacerla cada vez de una manera más auténtica al tener un poco de menos recursos y eso es acorde con lo que se cuenta dentro de la película. Es una película que habla de que las cuestiones del corazón son más importantes siempre que las materiales. Ha sido el corazón el que ha tirado de esta película y eso es lo que traspasa la pantalla», explicó Javier Macipe.
Algo de lo que también es responsable Pepe Lorente: «Había que hacer una inmersión, en los ensayos y la preparación estaba en Mauricio pero también en la calle, me lo llevaba al supermercado para ver si esa actuación se convertía en algo real. Uno no puede hacer una construcción, una evocación de un personaje que existió sin hacerlo carne, sin llevarlo tiempo contigo porque si no se convierte en un artificio».
Con respecto a la película, Macipe quiere hacer hincapié en que no es un biopic de Mauricio Aznar: «Es una película en la que a través de Mauricio mostramos otro mundo, a través de sus ojos vemos lo que él descubrió, esa inmensa riqueza cultural y musical que hay en Argentina y es un viaje de transformación en la que Mauricio representa a muchos artistas anónimos que en algún momento pudieron ser famosos y decidieron no serlo o que la vida no les dio las oportunidades pero merecen una película tanto como él. Es una película de la que todo el mundo sale mejor de lo que entra en la sala».
La película ya está hecha e incluso lanzada, ¿es momento de hablar de posibles reconocimientos? «Los premios interesan en la medida en que te puedan ayudar a que la película llegue a más público y a ser más libre en futuras películas. Si los recibimos, maravilloso, porque la aspiración del artista es ser cada vez más libre y menos dependiente de las cuestiones materiales y de la industria», zanjó el debate Javier Macipe mientras se prepara para el año que le espera con viajes a Los Ángeles, Nantes, Uruguay y Argentina para promocionar La estrella azul.
Una película universal hecha desde Aragón a la que también la ha dado la bendición la madre del propio Mauricio: «Cuando la vio su madre fue uno de los momentos más emotivos de mi vida. Dijo que a los cinco minutos había dejado de ver a un actor y había visto a su hijo. Y terminó diciendo ‘la historia fue exactamente así’. Y ahí me relajé, da igual ya el éxito, yo he cumplido el encargo, he hecho que esta mujer vea que se ha hecho algo luminoso con esa historia tan trágica».
«La aspiración del artista es ser cada vez más libre y menos dependiente de las cuestiones materiales»