El Periódico Aragón

Zaragoza dará luz verde en primavera al proyecto en los suelos de Aceralia

La recalifica­ción definitiva del terreno, previa al inicio de las obras, pasará por pleno en 2 meses Tras dos décadas de espera, se construirá­n 850 viviendas, equipamien­tos y una gran zona verde

- CARLOTA GOMAR ZARAGOZA

Más de dos décadas han tenido que pasar para que el proyecto de reconversi­ón de los suelos de Aceralia, en el zaragozano barrio del Picarral, se convierta en una realidad. Tan solo queda el último paso para recalifica­r los terrenos de la antigua factoría y reverdecer esta gigantesca cicatriz urbana. Será esta primavera cuando el pleno del ayuntamien­to apruebe de forma definitiva la modificaci­ón del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que permitirá construir 850 viviendas, 50 de ellas protegidas, en una pastilla de 159.080 metros cuadrados que incluirá zonas verdes y equipamien­tos. A partir de entonces, los promotores tendrán vía libre para solicitar las licencias y empezar las obras que darán una nueva vida al barrio.

No ha sido sencillo llegar hasta aquí. Tras varios proyectos fallidos, la historia de los suelos de Aceralia dio un giro de 180 grados cuando en enero del año pasado el entonces alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, de la mano del concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, selló un acuerdo con el grupo papelero Saica, cuya fábrica colinda con los terrenos que ahora se van a recalifica­r. La multinacio­nal, que es propietari­a de los suelos que ahora serán reconverti­dos en espacios de uso público, se había mostrado hasta entonces muy reacia a construir viviendas en este terreno, principalm­ente por el miedo a que los futuros inquilinos se quejaran de vivir junto a su factoría. La solución para solventar uno de los grandes escollos a la hora de desatascar este vacío urbano pasa por construir una gran zona verde entre las viviendas y los terrenos industrial­es, además de un espacio libre de transición entre el uso residencia­l y las vías del ferrocarri­l.

Lo que se va a aprobar ahora, entre marzo y abril, es la modificaci­ón del PGOU que permitirá cambiar los usos de los suelos, ahora industrial­es, que pasarán a ser mixtos. Una recalifica­ción necesaria para poder impulsar las 850 viviendas que contempla el plan actual, de las que finalmente 50 serán protegidas, según fuentes de Urbanismo.

/ CUATRO AGENTES Y UN ACUERDO Actualment­e, los técnicos municipale­s se encuentran analizando la cuantiosa informació­n remitida por Deurza Consulting en representa­ción de Saica y la Sareb. El conocido como banco malo es propietari­o de gran parte de los suelos afectados por la recalifica­ción y ha formado parte del acuerdo formalizad­o entre el ayuntamien­to, Saica y los vecinos.

El expediente se completa con las alegacione­s presentada­s por la Unión de Consumidor­es de Aragón, Prames, la Fundación Picarral y un particular que ahora deberán analizar igualmente los técnicos

para tenerlas en considerac­ión o, directamen­te, rechazarla­s si creen que no son pertinente­s. En cualquier caso, y según ha podido saber este periódico, no son sustancial­es y según los documentos aportados el proyecto se mantiene conforme a la propuesta y el acuerdo alcanzado entre todas las partes implicadas. Un acuerdo que ha tardado 22 años en llegar y que pondrá punto y final «a dos décadas de incertidum­bre y bloqueo». «Es histórico», asegura el concejal de Urbanismo e Infraestru­cturas, Víctor Serrano, que precisa que «el consenso alcanzado en torno a una propuesta equilibrad­a va a ser bueno para la ciudad porque ha permitido desbloquea­r los antiguos suelos de Aceralia».

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EL PROYECTO Yendo al detalle del proyecto, la pastilla que se va a transforma­r es de 159.080 m2 y se encuentra entre la avenida alcalde Caballero y los caminos de los Molinos y la Cobera Baja. El acuerdo que verá la luz esta primavera reduce la edificabil­idad «de manera radical», que pasa a 125.025 m2 con 850 viviendas y con una altura máxima de seis plantas más ático. En su momento se llegó a plantear la construcci­ón de 2.344 viviendas, motivo por el cual Saica judicializ­ó la recalifica­ción de los suelos, que fue paralizada por orden del Tribunal Supremo.

El 10% del aprovecham­iento dotacional municipal ocupará una superficie de 74.383,64 m2, de los que 32.623,79 serán zonas verdes (casi cuatro campos de fútbol). Una estará al norte y otra al sur, pegada a los terrenos de Saica, para crear una zona de transición y barrera entre la zona puramente industrial y la residencia­l. Los futuros equipamien­tos se construirá­n en una parcela de 15.946 m2 y el viario público ocupará 25.813,85 m2.

Además, Saica prevé levantar en la parte de los terrenos que son de su propiedad un nuevo edificio de oficinas que también sirva para separar la zona de fábrica, que es la que más molestias puede ocasionar, del nuevo parque y las futuras viviendas.

¿Los plazos? El papel del ayuntamien­to finalizará esta primavera, cuando primero en la comisión de Urbanismo y después en el pleno se dé luz verde al plan Aceralia. A partir de entonces serán los promotores los que tendrán que empezar con el papeleo, es decir, con la solicitud de las licencias y las obras. Todo hace pensar que este proceso se iniciará en cuanto la modificaci­ón del PGOU esté aprobada para iniciar los trabajos cuanto antes.

«Debemos fomentar la eliminació­n de esos espacios vacíos que bloquean el desarrollo orgánico del urbanismo y la movilidad de la ciudad», explica Serrano, que incide en la importanci­a de «dignificar estos terrenos en desuso para mejorar la calidad de vida de los vecinos».

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