Duelo de chantajistas
José Morales
Zaragoza
Pedro Sánchez dice que no es partidario de sancionar a las empresas que se fueron, sino de incentivar a las que regresen. Junts quiere sanciones. Debate tenso en el Congreso. Pedro Sánchez tiene un plan A, B y C, lo que haga falta en su repertorio de chantajista permanente a los españoles.
El duelo de chantajistas entre Puigdemont y Pedro Sánchez será, en esta legislatura, permanente, y estamos solamente al comienzo. Imprevisible la duración de esta legislatura por semejante suma de chantajes a la vista y los que no conocemos todavía que todavía inquietan tanto o más.
De lo que no se habla tanto es del grave daño que ha provocado el independentismo catalán a la inversión en Cataluña, por la incertidumbre jurídica. Es decir, las empresas que no han ido –españolas y extranjeras– por esta situación de chantaje, y que no irán en estos años. Ingresos que no llegarán, puestos de trabajo que no se generarán. Y menos se habla del daño que genera a toda España este duelo de chantajistas: los inversores están perdiendo interés en apostar por España ante esta situación.
Si se aplican de algún modo incentivos a las empresas que regresen o que permanezcan en Cataluña, crecerá lógicamente la indignación en el resto de España, y eso supondrá desgaste electoral para el PSOE. ¿Le importa a Pedro Sánchez? En absoluto. Lo que le importa es ser presidente del Gobierno hoy, al precio que sea necesario. El esperpento, la aberración, la injusticia aparecen por todas partes. Los perjudicados, los ciudadanos catalanes, y los españoles en su totalidad. Condonación a escondidas, incentivos ocultos, reducir inversiones en otras comunidades autónomas. Las noticias de Cataluña en esta legislatura son y van a ser de infarto.