Degradación
José Antonio Adiego Lumpiaque (Zaragoza)
Llama la atención que según las noticias que nos llegan, y que nos cuentan el alto grado de temporalidad existente en el empleo público, que ningún partido pide explicaciones ni reflexiona sobre la causa. Todos son culpables, todos nos venden el relato de lo que nos exige Bruselas, pero para llegar a la meta, en una Directiva Europea se pueden tomar diferentes caminos. El relato del camino elegido es en lo único en que se han puesto de acuerdo todos los partidos políticos en 45 años de democracia. Ya era hora de un consenso, aunque como es sabido, entre bomberos no se pisan nunca la manguera.
La Administración pública ha sido utilizada por todos los partidos políticos como una puerta falsa que ahora nos dice Bruselas que hay que cerrar, al igual que ocurrió hace años con las Cajas de Ahorro, cuando hasta allí llegaron noticias de que había una maestra turronera enchufada en un Consejo de Administración.
El tradicional acceso al empleo público ha sido mediante oposición, donde se valora el mérito y la capacidad, además de ser un estímulo como ascensor social mediante el esfuerzo y sacrificio para aquellos que no tenemos pedigrí en el apellido. Se sacrifica un presente mediante el estudio por un empleo vitalicio y garante de imparcialidad para mejorar un futuro. En la sociedad actual el concepto del futuro se difumina, potenciando un presente cada vez más fugaz y efímero. Excusa para cambiar el método de selección, degradándolo.
Cambiamos un futuro de mérito, capacidad e imparcialidad, por un presente de clientelismo, servidumbre, y favoritismo. Este es el relato que se vende hoy en día a los jóvenes; no te esfuerces, da igual. Ahora no es atractivo un empleo vitalicio con la tasa de paro que tenemos. Todo esto es bien sabido por los partidos, pero no tanto por sus votantes. Lo pagaremos muy caro, al tiempo...