INFILTRADOS VERDES EN LAS PETROLERAS
NO LLEVAN PANCARTAS NI SON DESALOJADOS POR LA POLICÍA ENTRE GRITOS: SON ACCIONISTAS DE EMPRESAS DE HIDROCARBUROS QUE IMPULSAN EL CESE DE EMISIONES MEDIANTE PROPUESTAS CONCRETAS.
Obligar a las grandes petroleras a descarbonizarse, desde dentro, como accionistas de la compañía, y usando sus mismos procedimientos y normas. Así actúan los ‘accionistas verdes’ de Follow This, una organización con sede en Amsterdam (Países Bajos) que está forzando a petroleras como Shell o Exxon a rebajar sus emisiones de CO2 de forma real, y no ficticia, como habitualmente hacen las grandes compañías de hidrocarburos.
Follow This y otras entidades como ella están adquiriendo cada vez más protagonismo por la inteligencia de su sistema de activismo (totalmente adaptado al funcionamiento interno de una gran corporación petrolera) y por los resultados que está obteniendo. No son los típicos manifestantes que irrumpen en una reunión de accionistas colgando una pancarta o vociferando proclamas ante el público mientras son desalojados por el equipo de seguridad. Por el contrario, están acomodados en los asientos de los accionistas, visten ropa formal y forman parte de la empresa como los demás. La diferencia es que presentan propuestas de descarbonización y las defienden en la asamblea de la compañía para que sea votada por los asistentes, ante el estupor de los principales directivos, que hacen todo lo posible por impedir que tales propuestas se debatan siquiera. En resumen, tratan de cambiar el sistema desde dentro y empleando sus mismas armas.
«Creemos que los accionistas pueden ser una fuerza para el bien, ya que, en el última instancia, son los que deciden el rumbo de una empresa», afirma Mark van Baal, fundador de Follow This.
Todo comenzó cuando una serie de inversores concienciados con la necesidad de luchar contra el calentamiento global aportó dinero en 2016 para presentar, por primera vez, una resolución ante la junta de accionistas de la empresa Shell, una de las grandes contaminadoras del planeta. Contrariado por esta propuesta
en la que se pedía más ambición climática a la empresa, el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, hizo un llamamiento a los accionistas para que votaran en contra de la resolución. Pese a ello, un 3% votó a favor y otro 3% se abstuvo. Las cosas fueron mejor al año siguiente, 2017, Follow This presentó una propuesta en la junta para que Shell alineara sus objetivos de emisiones con el Acuerdo de París. Los directivos de la compañía tacharon la petición de «irracional» e instaron a
rechazarla, pero el 6% de los presentes votaron a favor, el doble que un año antes. Fue a partir de entonces cuando la empresa anunció un plan de «ambición climática» y se convirtió en la primera petrolera del mundo en hacerlo.
Y, sin embargo, en la práctica no había tal ambición. Así que, en 2018, Follow This volvió a presentar una nueva petición ante Shell. En un acalorado enfrentamiento verbal entre el fundador de esta organización verde y el director ejecutivo de la petrolera, éste último consideró «innecesario» tratar la propuesta. Y, sin embargo, nueve de los diez mayores inversores holandeses no hicieron caso de las advertencias de Van Beurden. En la votación, «el 5,5% votó a favor de la resolución y el 7% se abstuvo, lo que significa que casi el 13% ya no apoyaba al consejo de administración de Shell», señaló el fundador de Follow This. Desde entonces, los votos verdes en los consejos de accionistas no han hecho más que crecer, tanto en Shell como en BP, Exxon Mobile o Total, entre otras, rondando el 30% en algunos casos.
Hace pocas semanas, 27 grandes inversores (incluido el mayor de Europa, Amundi), que en total gestionan 3,9 billones de euros en activos (el 5% de las acciones de Shell) han pedido a la petrolera más rapidez en la descarbonización.
En su web ya queda claro que no son agitadores al viejo estilo: «Somos un grupo de accionistas responsables de empresas de petróleo y gas. Apoyamos a las grandes petroleras para que asuman el liderazgo en la transición energética hacia un sistema de cero emisiones netas». En la misma página se explica cómo hacerse accionista para aumentar la eficacia de esta ‘infiltración’ verde en las grandes empresas de hidrocarburos. «Obtenga un voto verde en las grandes petroleras: conviértase en accionista», declara
la publicidad de Follow This.
Durante el último año, la organización ha centrado sus esfuerzos en cinco grandes compañías: Shell, BP, Exxon, TotalEnergies y Chevron, que son algunas de las más grandes y con mayor impacto en las emisiones globales. «Estas empresas no han establecido objetivos significativos [para la reducción] de sus emisiones de Alcance 3 (aproximadamente el 90% de sus emisiones) para 2030», señala la entidad.
Pero Follow This no está sola en esta cruzada contra las emisiones causadas por la industria de los combustibles fósiles.
Otra organización de inversores, Arjuna Capital, «busca promover un mundo más equitativo y ambientalmente responsable a través de sus inversiones». En el caso de Arjuna, sin embargo, sus prioridades no se centran solo en las emisiones a la atmósfera, sino que abarcan también la inclusión social, la igualdad de la mujer o los derechos LGTB.
Arjuna es una compañía de inversión domiciliada en Massachussets (EEUU) y en muchos casos actúa de forma conjunta con Follow This. De hecho, entre las dos han logrado terminar con la paciencia de Exxon Mobil, que ya ha presentado una denuncia ante estos inversores verdes, a los que acusa de querer torpedear su estrategia comercial.
Otro grupo, esta vez francés: Climate Action 100+, que ya en 2020 reunía a más de 500 inversores que representan unos 47.000 millones de dólares en activos bajo gestión, envió una carta a los líderes de los 160 grupos más contaminantes del planeta –en particular, los gigantes petroleros– para pedirles que se alinearan con el Acuerdo de París.
Por todas partes surgen colectivos de inversionistas
CADA VEZ SURGEN MÁS GRUPOS DE ACCIONISTAS CLIMÁTICOS EN LAS EMPRESAS
concienciados que se organizan para forzar a sus empresas a respetar los objetivos internacionales en materia de clima. Quieren hacer caso a las recomendaciones de los científicos y acelerar la transformación de petroleras y gasistas en impulsoras de energías renovables. No están solos en este empeño: cuentan con el respaldo nada menos que del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que considera que estas empresas están «quemando el planeta» desde los años 70, cuando ya sabían los letales efectos de su actividad.