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Velázquez abusó ante el Cartagena del recurso de la polivalencia en jugadores como Mollejo, Francés o Valera, bajando su nivel
Suele recurrir Julio Velázquez al manido tópico de la polivalencia de sus jugadores para hablar de las excelencias de una plantilla a la que el mercado y la lesión de Guti han devuelto más debilitada de la ventana de enero, pero lo cierto es que el entrenador está abusando de esa movilidad en la pizarra con algunos jugadores, con el caso de Mollejo como el más palmario, aunque otros como Valera y Francés también lo estén viviendo, como antes Francho. El partido ante el Cartagena, con el caos final, es quizá paradigmático de esa polivalencia mal entendida y que termina por perjudicar al equipo.
«Estoy muy contento con mi plantilla. Tenemos polivalencia, versatilidad y capacidad de jugar en distintos esquemas, con un porcentaje elevado de jugadores que pueden aparecer en diferentes sistemas. A esta plantilla le podemos sacar un rendimiento interesante», aseguró el viernes sin ir más lejos Velázquez sobre el grupo que dirige y tras quedarse sin refuerzos desde el mercado del paro.
Mollejo, ya consolidado como carrilero zurdo, puesto que conocía solo en el Deportivo de Fernando Vázquez, pese a que ya han regresado Lecoeuche, ahora casi inédito, y hasta el propio Valera, que fue el primer parche en esa plaza, vivió ante el Cartagena su noche de mayor cambio.
Al toledano, delantero en su puesto original, la posición en la que asegura sentirse más cómodo, le resultaría difícil explicar de todas las cosas que jugó el viernes, en tres distintas. Empezó en el carril zurdo, pasó al frente de ataque con Bakis cuando Valera salió tras el descanso y el dibujo era un 4-4-2, y volvió a la banda izquierda, esta vez como lateral, más profundo eso sí, cuando más peligro generaba arriba, incluido un gran cabezazo que sacó con apuros Lizoain, después de que Velázquez quemara las naves con las salidas al campo de Enrich y Vallejo. Con todo, no es la primera vez que Mollejo vive una jornada de cambios, ya le pasó de forma reciente ante el Eibar o el Alcorcón, donde empezó en el carril para después estar de interior zurdo.
La dinámica de la versatilidad también afecta a Francés, que ha jugado en los 11 partidos con Velázquez en todos los puestos de la zaga, en los dos laterales, mucho más en el izquierdo y también como central, ya sea en la parte diestra o en la zurda, ahora su punto de partida en la zaga de tres que coloca el entrenador pucelano.
El caso es que Francés contra el Cartagena empezó de central izquierdo en la zaga de tres, lo habitual en los últimos meses, siguió tras el descanso como central diestro, con Lluís López a su lado cuando la zaga pasó a ser de cuatro y con laterales profundos, y así acabó, aunque en Alcorcón o en Éibar se acostó a la zona zurda de la banda tras cambiar el dibujo después del descanso.
Valera, con Nieto y Lecoeuche lesionados, tuvo que adaptar su forma de jugar al carril zurdo, a la amplitud de la banda, cuando Velázquez al poco de llegar y tras la derrota en Albacete apostó por la defensa con tres centrales y dos jugadores en las alas. Lo cierto es que se adaptó bien hasta que llegó su lesión ante el Levante. Tuvo minutos ante el Sporting con el partido decidido y contra el Eibar entró tras el descanso en la banda derecha, posición que domina a pierna cambiada.
Contra el Cartagena volvió a salir tras el descanso, pero lo hizo de lateral zurdo, con mucha llegada porque ante un rival con 10 Velázquez dio vuelo a las dos bandas y firmó dos buenas llegadas con remate de Maikel Mesa, pero en el tramo final, cuando mejor estaba, cambió al costado diestro, al lateral, y apenas se le vio ya.
Además, el caso de Francho es muy claro, aunque ya olvidado por suerte. Velázquez le dio minutos en el lateral izquierdo ante Espanyol o Levante, algo en lo que ya no ha vuelto a incidir.
El toledano jugó en tres puestos distintos y, cuando más daño hacía en la delantera, lo sacó de ahí