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Está jugando más y a mayor nivel que nunca en un curso que, si no media el ascenso, apunta a su último en el Zaragoza
Ha jugado mucho en este Zaragoza Alejandro Francés desde su irrupción en la primera plantilla en la 20-21 tras debutar en la campaña anterior, pero en el curso actual su presencia es aún más fija si cabe. A estas alturas, tras 27 jornadas de Liga, lleva más partidos del campeonato que ningún otro año, con 22, 21 de ellos de titular y completos, pero además ha recuperado el nivel de su irrupción y el de su segunda temporada, el rendimiento que aparcó en su irregular curso pasado, para volver por sus fueros. Francés es, ahora sin duda, el mejor Francés.
El canterano, en esa zaga con tres centrales, acostado a la zona izquierda y hasta de lateral zurdo ocasional, se ha hecho fijo para Velázquez, aunque antes lo fue también con Escribá. De hecho, se ha perdido cinco partidos, tres de ellos por estar con la selección sub-21 (Cartagena, Sporting y Huesca) y dos porque Escribá decidió darle descanso tras regresar de esas citaciones (Eibar y Racing). En el resto, su presencia ha estado en el once, salvo ante el Alcorcón, en la semana de tres partidos en la que empezó desde el banquillo ese día y salió tras el descanso.
Sus virtudes defensivas son esa concentración y anticipación que exhibe y reconoce: «Mi mayor punto fuerte es estar consí centrado, doy ese plus porque veo las jugadas antes y me puedo anticipar», aseguraba en una entrevista publicada el viernes por el Comité Olímpico Español.
A ellas les añade la velocidad a campo abierto, lo que le convierte en imprescindible para Velázquez en el actual sistema y, además, está más inspirado en ataque, en las jugadas de estrategia, con goles ante el Valladolid y el Cartagena y otro que provocó frente al Eldense tras dar en Magaña su remate.
Su temporada transita, pues, por su mejor nivel. En la 20-21, donde apenas contó para Baraja y con Iván y JIM,llevaba 16 partidos de Liga a estas alturas, 11 completos. En la 20-21, con JIM, su mejor año hasta el actual, sumaba 21 partidos, 20 completos, en Liga, por los 16, 15 de ellos con 90 minutos, del curso pasado, donde se cruzaron la lesión en el codo, su descenso de nivel y la reducción de su papel con Escribá, que le había dejado a estas alturas en 6 partidos en el banquillo para ser el tercer central tras Lluís y Jair.
Vivió un verano pasado donde su salida estuvo encima de la mesa hasta el final, con el Girona, el Almería, el Mallorca o el Copenhague pendientes del canterano, aunque con ofertas o tanteos alejados de lo que el Zaragoza habría accedido, teniendo en cuenta que, en su renovación en 2022, ya quedó hablado que en caso de no subir una buena propuesta le abriría la puerta. Y no se abrió solo porque esta no llegó. Pese a esa incertidumbre agarró con fuerza y determinación desde el principio su puesto en el once, primero con Jair y desde hace un tiempo con la defensa de tres que impone Velázquez.
Billete olímpico
Capitán de la Rojita, indiscutible para Santi Denia, con billete casi seguro a los Juegos y con su mejor nivel en el Zaragoza, Francés va a vivir un verano que, en caso de que el equipo no suba, será el de su salida en un porcentaje elevadísimo de posibilidades. Le resta solo un año de contrato, el club no tiene margen de maniobra para retenerlo y Francés, tras cuatro temporadas con la actual en la categoría de plata, ya debe dar ese salto que su fútbol merece: «Mi principal reto es llegar a la absoluta y con el Zaragoza ojalá ascender a Primera que sería increíble y una cosa que no olvidaría jamás», asegura. La renovación en 2022 frenó su adiós, el verano pasado lo hicieron las circunstancias, pero ahora ese desenlace parece inevitable.
Fijo en el Zaragoza y en la sub-21 y con un año más de contrato, su destino estaría lejos si no se sube