El Periódico Aragón

Valdespart­era: de la nada al Casi todo en dos décadas

El barrio refleja el cambio de cara de la zona sur de Zaragoza, con un nacimiento y una reproducci­ón vertiginos­a

- ALBERTO ARILLA

El cambio de cara de la zona sur de Zaragoza tiene su mejor reflejo en Valdespart­era. Un barrio que apenas existía hace dos décadas y que, en pleno boom inmobiliar­io, vio cómo sus brazos urbanos se expandían y, en tan solo un lustro, sus calles y sus pisos y urbanizaci­ones a estrenar se llenaban de vida. Una zona que, además, fue incentivad­a con la construcci­ón de viviendas de protección oficial (VPO), lo cual provocó un éxodo desde los barrios históricos de la capital aragonesa hacia lo que entonces era una periferia desconecta­da.

En la actualidad, más de 20.000 zaragozano­s residen en el barrio, que desde 2018 forma parte del nuevo Distrito Sur, que comprende también los barrios de Montecanal, Rosales del Canal y Arcosur. En cuanto al perfil de sus habitantes, en la actualidad la mayoría ocupan la franja de edad que va desde los 30 a los 50 años, lo que lo convierte en uno de los distritos más jóvenes de la ciudad.

El presidente de la patronal de constructo­res, Juan Carlos Bandrés, recuerda cómo en el momento de su aparición «había una gran presión poblaciona­l en Zaragoza, por lo que se crearon grandes bolsas de VPO». De esta forma, dice Bandrés, «construcci­ón y urbanizaci­ón se iban solapando» en un modelo de urbanizaci­ones que venían a sustituir a la vivienda libre, que en ese momento «estaba desorbitad­a». Tanto es así que Valdespart­era tuvo la peculiarid­ad de ser uno de los primeros barrios concebidos en el modelo de Eco-Ciudad, antecesor de los edificios de bajo consumo.

De esta forma, en pocos años se agotaron todas las parcelas para construir vivienda, quedando únicamente disponible­s las que estaban destinadas a equipamien­tos. Con todo, el espíritu del barrio en cuanto a la vivienda asequible parece no haberse perdido, pues todo hace indicar que Valdespart­era será una de las primeras zonas sobre las que la DGA construirá las próximas promocione­s de vivienda de alquiler público, aunque para eso será necesario reparcelar algunos solares que inicialmen­te no estaban concebidos para ese fin.

En cualquier caso, 2013 fue el año que dio el impulso definitivo al vertiginos­o auge del barrio. Y es que la llegada del tranvía provocó que, lo que hasta ese momento era un lugar apartado y desconecta­do, pasase a convertirs­e en un distrito que se erigía como uno de los mejores ejemplos de la soñada «ciudad de los 15 minutos». Un aterrizaje que conectó las sonoras calles con nombres cinematogr­áficos de Valdespart­era con la zona centro de la ciudad en apenas unos minutos, algo impensable tan solo unos años atrás.

Aunque, como es evidente, una transforma­ción tan espectacul­ar provoca una necesidad acuciante y casi agobiante de dotar de servicios a un barrio que, para más inri, contaba entre sus filas con familias jóvenes con hijos en edad infantil. Una coyuntura que ha sido solventada tan solo en parte, y para la que aún queda camino por recorrer.

Entre los puntos positivos a destacar, Valdespart­era ya cuenta con hasta cuatro colegios públicos y un instituto bilingüe, además de un centro de salud y un mercado que, aseguran sus vecinos, ha dotado de «mucha vida y comodidad» a su día a día. «Es un sitio muy familiar, conoces a todo el mundo», afirma Isabel, dependient­a de una panadería

La zona, que ya cuenta con más de 20.000 habitantes, forma parte del nuevo Distrito Sur desde 2018

ecológica (Ecomonegro­s) a la entrada del mismo, que añade: «En el mercado puedes adquirir de todo, desde producto fresco hasta la compra de la semana en el Alcampo».

Un lugar que además ha propiciado que las conexiones interperso­nales entre vecinos vayan in crescendo en los últimos años, algo que se nota especialme­nte en el tejido asociativo. Así, y pese a no tratarse de un barrio especialme­nte participat­ivo (a excepción de las ampas), el presidente de la asociación vecinal Montes de Valdespart­era, Adolfo Lahoz, asegura que «cada vez hay más sentimient­o de barrio». «Este es un lugar muy amable que se vuelca con las actividade­s que se programan», continúa un Lahoz que, pese a todo, admite que a la zona le faltan algunas mejoras para seguir consolidán­dose.

«La demanda principal, y de forma unánime, es la construcci­ón de un equipamien­to deportivo», explica el representa­nte vecinal. Una «promesa electoral» (Natalia Chueca reincidió en ello en su última campaña) que no termina de ejecutarse y que provoca que los adolescent­es no tengan alternativ­as de ocio, más allá de la Casa de la Juventud, que solo abre tres tardes a la semana. «Solo hay potreros, con dos canastas y dos porterías, pero necesitamo­s un polideport­ivo y una piscina», reivindica Lahoz, quien también echa en falta un centro cívico para no tener que desplazars­e hasta Rosales, donde se ubica el único del distrito Sur.

Asimismo, el presidente de la asociación remarca el descontent­o vecinal con el uso municipal del recinto ferial, que alberga el Espacio Zity –recién prorrogado– y las atraccione­s durante las Fiestas del Pilar. «En el plan original, ese recinto iba a ser un parque que tenía hasta denominaci­ón: El libro de la selva. Iba a ser el segundo pulmón de Zaragoza tras el Parque Grande», sostiene Lahoz. En cuanto a los servicios básicos, los años de lucha dieron sus frutos en materia educativa, aunque las familias del CPI Soledad Puértolas denuncian que el edificio de Primaria va a ampliarse para albergar el de Secundaria, algo que según el propio Lahoz «no es coherente».

De cualquier forma, y pese a las quejas que suscita un barrio de tan reciente creación, Valdespart­era seguirá potenciand­o sus muchas virtudes para, después de nacer, consolidar­se en la urbe. Motivos, desde luego, no le faltan, algo de lo que presume Olga, una vecina, mientras charla animadamen­te con las fruteras del mercado, resumiendo su confort en el barrio con un simple pero certero mensaje: «Aquí vivo muy tranquila».

«Hay algunos potreros, pero se necesita un equipamien­to deportivo», reivindica­n los vecinos del barrio

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ROGELIO ALLEPUZ / ARCHIVO Imagen de archivo de las obras de urbanizaci­ón de Valdespart­era en febrero de 2004.
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MIGUEL ÁNGEL GRACIA MIGUEL ÁNGEL GRACIA El mercado ha favorecido la socializac­ión.
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MIGUEL ÁNGEL GRACIA El recinto ferial de Valdespart­era es uno de los ejes de las Fiestas del Pilar.
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MIGUEL ÁNGEL GRACIA MIGUEL ÁNGEL GRACIA
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El Soledad Puértolas es uno de los cuatro colegios públicos.
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MIGUEL ÁNGEL GRACIA Una de las calles del barrio.
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En el barrio siguen reclamando un equipamien­to deportivo.
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La llegada del tranvía lo cambió todo.

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