Un 57,4% de los argentinos se encuentra en situación de pobreza
Según el portal Milei.nulo.in, el presidente argentino pasa horas a diario, a veces más de cuatro, con los ojos frente a su teléfono celular. La red social X es su fuente predilecta de inmersión en la realidad. No le pasó inadvertida una noticia que provoca escalofríos: el 57,4% de los habitantes de este país se encuentran en la pobreza. Javier Milei se la atribuyó a la existencia previa de lo que llama la casta política. «La verdadera herencia del modelo», dijo. «No vinimos a jugar al juego mediocre de la política. Vinimos a cambiar el país».
La cifra divulgada por el Observatorio Social de la Universidad Católica (UCA) supone un pronunciado salto respecto a números precedentes. Antes de la asunción al Gobierno de la ultraderecha, el pasado 10 de diciembre, la misma UCA situaba el índice de pobreza en 44,7%, una cifra por entonces descorazonadora para este país. En 2015, cuando asumió el presidente Mauricio Macri, la pobreza era del 29%. Cuatro años después llegó al 35,5%. Medio siglo atrás, menos de un 10% de los argentinos se encontraban en la situación que es mayoritaria.
«La pobreza estructural en la Argentina no es nueva y es de esperar
«No es un fenómeno nuevo, sino que es un problema que se viene acumulando»
que se agrave, como también que febrero sea más complicado», advirtió a su vez el director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, Agustín Salvia. «La situación es complicada y grave, no es un fenómeno nuevo, sino que es un problema que se viene acumulando».
Argentina vuelve de esta manera a los niveles de penuria de la gran crisis económica de 2002, cuando, después de la caída del Gobierno de Fernando de la Rúa, como consecuencia del llamado corralito financiero que congeló depósitos y provocó una fuerte convulsión social, se depreció fuertemente la moneda.
Dos décadas más tarde, se contabilizan 27 millones de personas pobres por razones en parte análogas. La devaluación del 118% del peso dispuesta por el ministro de Economía, Luis Caputo, desató una fuerte ola inflacionaria. Diciembre concluyó con un 25% de inflación y enero con 20%. Esta caída de la capacidad de compra hundió en la pobreza a millones de personas. Los productos de la canasta básica se volvieron inalcanzables para muchas familias.