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Jair, en los cuatro últimos partidos, y Cristian, en dos, ocupan plaza de suplentes, una escena conjunta que ha sido inédita en estas últimas temporadas, donde han sido fijos
Los partidos ante el Eibar y el Cartagena han tenido una imagen inédita en el banquillo del Real Zaragoza, con Cristian Álvarez y Jair Amador compartiendo sitio en ese espacio que tan pocas veces han ocupado desde su llegada. Los dos, primer capitán en el caso del arquero y segundo en el del central, futbolistas referenciales en el Zaragoza reciente desde su llegada, están ahora en una posición desconocida para ellos, aguardando turno para saltar al césped cuando ambos fueron imprescindibles desde que pusieron los pies en ese vestuario, en 2017 para el argentino, de 38 años, y en 2020 el defensa nacido en Portugal, de 34 y criado en Extremadura, pero de ascendencia caboverdiana.
El contexto, en forma de lesión para Cristian con la llegada de Edgar Badía en enero y del descenso de nivel del central en una posición con mucha competencia y tras un rendimiento excelso desde que llegó del Maccabi de Tel Aviv, ha situado a dos pesos pesados en el banquillo, en una situación que es más fácil de revertir para Jair Amador, ya que en la portería los relevos no son tan naturales y repetidos. Además, ambos acaban sus contratos en 2025, si bien el defensa tiene un año más en función de rendimiento, de partidos jugados en esta Liga y la próxima.
Más de tres meses y tres partidos de baja estuvo Cristian Álvarez desde aquella recaída en la lesión muscular frente al Eibar el 21 de octubre. Regresó ante ese mismo rival el 11 de febrero y tanto en Ipurua como ante el Cartagena ha esperado turno, con Edgar Badía, cedido hasta junio por el Elche, como fijo tras su gran rendimiento.
Han sido contadas, contadísimas, las ocasiones en que Cristian desde 2017 se quedó en el banquillo por decisión técnica y siempre con una causa, partidos intrascendentes en su mayoría con el objetivo ya conseguido. Ahora, no es así. Llegó el argentino a principios de
agosto de ese verano tras más de un año de parón por motivos personales. En esa 17-18 jugó en 36 encuentros de Liga y los dos de playoff, en la 18-19 en 38 citas ligueras, en la 19-20 fueron 33 (y dos de promoción), con una lesión muscular que le dejó seis partidos de baja, en la 20-21 se fue hasta 37, en la 21-22, 38, y en el curso pasado, 35 con una lesión en el codo que le hizo perderse 6. En la actual temporada su reloj se detuvo en 10, la cantidad que necesitaba para renovar un año, después de que se lesionara en el isquiosural en Andorra y fuera baja dos partidos para recaer ante el Eibar.
Jair suma ahora cuatro partidos en el banquillo, frente a Alcorcón, Sporting, Eibar y Cartagena, tras cumplir sanción contra el Andorra. Antes, de las 22 jornadas de Liga había disputado 21, en todas de titular, y 18 encuentros completos, perdiéndose solo el duelo ante el cuadro andorrano en el Estadi Nacional por las rotaciones que hizo Escribá entonces debido a la disputa de la jornada intersemanal.
Jair llegó en el verano de 2020 y sufrió primero dos lesiones, en la cintilla iliotibial de su rodilla izquierda y una rotura muscular, que lastraron sus tres primeros meses. Después, fue titular en el 92% de los partidos en que estuvo a disposición del entrenador, disputando en torno al 80% de los minutos globales del Zaragoza hasta después de ese partido ante el Eldense, donde ese contador se paró, primero por su sanción y, posteriormente, en las cuatro últimas citas, por ser el cuarto central en la consideración actual de Julio Velázquez, tras Mouriño, Francés y Lluís López, que agarró ese puesto ante el Andorra por el castigo de su compañero y ya no lo ha soltado, si bien la poca fiabilidad aérea del equipo le puede devolver pronto a Jair ese puesto.
Los dos acaban contrato en 2025, si bien el central tiene un año más en función de partidos