&M 14EF( UPEP QPS IBDFS
Piensan ya en la remontada conscientes de los errores Apuestan por = la continuidad de Besteiro y le piden un proyecto para Galicia y que fortalezca el partido
El PSdeG sabe lo que tiene que hacer. Tener un proyecto para Galicia, un líder con tiempo para darse a conocer y un partido, entendiendo por tal una estructura con mimbres suficientes que trabaje al servicio del líder y del proyecto. Saber lo sabe desde hace tiempo, cómo hacerlo … es otra cuestión. Es la receta que unos y otros exponen cuando en el PSOE gallego vienen mal dadas, y esto pasa desde hace años, exactamente desde 2009, cuando el bipartito perdió la Xunta y el PP recuperó el poder autonómico. Cuatro años antes, los socialistas habían recogido en las urnas 555.603 votos, el domingo se quedaron en 207.691. En 2005 fue el PSdeG quien sumó casi el 34% de los votos, y el 18F el testigo lo recogió el BNG con 467.074 papeletas, el 31,57%.
La cuestión que planea en las filas socialistas es si ahora será demasiado tarde. «Hemos renunciado a ser alternativa al PP por muchos años», lamenta pesimista un exalto cargo del bipartito. «Es imperdonable, hemos desistido de tener un proyecto en Galicia, vamos de muleta, de subalternos de los nacionalistas y lo que es peor por mandato de Ferraz», sentencia otro exdirigente socialista.
La esperanza intenta infundirla un dirigente de la dirección del PSdeG. «Haremos autocrítica y vamos a renacer porque la alternativa al PP en Galicia pasa por los socialistas». Y explica su teoría. Si el domingo el cambio político hubiera pasado por José Ramón Gómez Besteiro, hoy Alfonso Rueda estaría haciendo las maletas. ¿Por qué? Porque para mandar al PP a la oposición, hay que entrar en su electorado y eso puede hacerlo el PSdeG, no el BNG. «El domingo hubo en la derecha voto al miedo, electores de centro y conservadores desencantados con 15 años de gobiernos populares volvieron a votar al PP porque temían una presidenta nacionalista. La cuestión lingüística, igual que en 2009, volvió a ser clave. Ana Pontón se blanqueó, pero Rueda en el debate de la TVG, aunque hizo un mal debate, fue efectivo, metió el dedo en la llaga, al inquerir sobre la cuestión lingüística y denunciar que el BNG en su programa llevaba la imposición del gallego en las aulas».
Así que el PSdeG debe emprender su refundación, protagonizar una gran catarsis y darse tiempo porque el Bloque tiene 25 escaños y ellos, 9. Dar la vuelta a estos resultados,
si es posible, no se hace de la noche a la mañana. Tampoco el BNG protagonizó su meteórico ascenso en cuatro años. Ha sido una carrera sostenida en el tiempo.
La dirección del PSdeG colgaba ayer en sus redes un mensaje de agradecimiento a su gente. Mientras PP y BNG salían a celebrar su victoria y colocar de nuevo su mensaje, el PSOE gallego se lamía las heridas en la intimidad. Solo un audio y una nota de prensa del secretario de Organización del PSdeG, José Manuel Lage, intentó llenar el vacío. Anunciaba «autocrítica» y valoraba la decisión de Besteiro de tomar posesión de su escaño en Galicia, renunciar al acta del Congreso y «asumir en primera persona la reconstrucción del proyecto político para Galicia». Y es que ni eso estaba claro en el PSdeG.
Críticas a Ferraz
En la jornada de resaca electoral, no se oyó ruido de sables. Algo, pero muy poquito. ¿Por qué? Porque el domingo, todos perdieron, también Pedro Sánchez. Los que quedan en el PSOE no pueden sacar pecho en ningún territorio, y porque los errores vienen de tan atrás que no se pueden imputar solo al candidato. Y en esta ocasión, y si Besteiro se presta, como parece que es, será el lucense el llamado a iniciar la reconstrucción del PSdeG. Una labor ardua porque los males de la tercera formación en la Cámara gallega son estructurales y no coyunturales.
Ferraz tras haberse volcado en estos comicios, ayer tomaba distancia y echaba las culpas al PSdeG: «Se votó en clave gallega». Y la respuesta de dirigentes socialistas desde la confidencialidad ahí va: «Hemos pagado años de inestabilidad orgánica. No tenemos organización, tenemos una estructura tan débil», pero «la salvación no puede venir de Madrid y nuestro candidato no puede parecer el amigo de Pedro Sánchez o el delegado del Gobierno en Galicia». «Los ministros parecían que venían a tapar a Besteiro, no a arroparlo, como si no creyéramos en él, cuando es el mejor candidato en años». «Hemos dejado que Pedro Sánchez entregara Galicia al BNG, abandonó a Besteiro cuando vio que el cambio, si lo había, pasaba por Pontón, y mandó a su entorno mediático volcarse con el nacionalismo». «La campaña fue malísima, dejamos que nos la marcara Ferraz. Y hubo voto de castigo al PSdeG por la amnistía que se fue al PPdeG».