«Hacer medicina y no ver pacientes...»
Que la anatomía patológica no es una de las especialidades más demandadas por los futuros médicos se comprueba fácilmente dándose un simple paseo por los alrededores de la Facultad de Medicina de la Universidad Zaragoza. Los estudiantes valoran su importancia, pero está lejos de sus prioridades y la consideran una de las menos atractivas.
El argumento más repetido entre los universitarios es el de su falta de trato directo con los enfermos. «Estudiar medicina y no ver a ningún paciente en toda tu vida...», reflexiona Marcos Calavia, estudiante de segundo curso. El joven aragonés considera que los patólogos son muy necesarios y realizan una labor muchas veces invisibilizada incluso por las personas a los que sus diagnósticos consiguen salvar. «Al final el paciente siempre se queda con la cara del doctor que le opera, que le hace los revisiones y con el que tiene el trato continuo», valora Marcos.
En ese mismo sentido, su compañero de clase, Roberto, apunta al trabajo «más de investigación y de laboratorio» que conlleva la anatomía patológica. «Normalmente el que estudia medicina lo hace por vocación y por ayudar al prójimo. Que no quiero decir que ellos no lo hagan, que lo hacen y mucho, pero yo creo que a ellos no les llega ese agradecimiento que recompensa tu trabajo y que al final es tan reconfortante para el médico», asegura.
Conforme avanzan los años de carrera, los estudiantes de medicina piensan también en otras variables. Mónica Delgado, en quinto curso, apunta otro factor que, si ya de por sí la anatomía patológica entra en pocas listas de favoritas de los estudiantes de medicina, echa para atrás a los futuros profesionales: el factor económico. «En cualquier otra especialidad los médicos tenemos la posibilidad de hacer guardias y en las especialidades más de laboratorio eso no existe», apunta la estudiante, que asegura, por casos reales que conoce, que la nómina de un médico «puede llegar a duplicarse (y casi a triplicarse) a base de guardias».
Las prácticas durante los seis años de estudio tampoco ayudan a los alumnos indecisos a optar por la especialidad: «Yo ya he visto de todo en los hospitales. Por mucho que te guste la investigación, no puedes comparar mirar por un microscopio a asistir a un parto. El que hace anatomía patológica lo tiene claro desde primero, en la carrera es muy difícil que te entren ganas».