El Periódico Aragón

«La cabeza aparece machacada y hay sangre en la pared y en el techo»

La Policía revela ➲ cómo acabó con la vida de su amigo tras ver las imágenes grabadas Desdicen el estado ➲ de amnesia que alegó el acusado al recordarle cómo confesó el crimen

- A. T. B. ZARAGOZA

¿ Es necesario?», suspiró ayer una integrante del jurado cuando el jefe de la comisaría de la Policía Nacional de Calatayud les adelantó que, a lo largo del juicio, visionarán un vídeo de 17 minutos en el que se ve cómo Juan Andrés Gilgado León (España, 1985) propinó una treintena de golpes con un extintor a José Carlos Pascual Valtueña (España, 1971). «Sí, tienen que verlo», le respondió el presidente del tribunal del jurado, el magistrado José Ruiz Ramo. Solo este intercambi­o de palabras ya habla de la crueldad que transmitie­ron las palabras de los policías al desgranar algunos fragmentos de la prueba del delito. «La cabeza aparece machacada totalmente y hay salpicadur­as de sangre en la pared y en el techo. El cuerpo emitía algún crujido», concretó uno de los agentes.

Quienes desfilaron ayer por la Audiencia Provincial de Zaragoza desacredit­aron la amnesia a la que Gilgaldo León se aferró este lunes –«amanecí en la discoteca y me encontré un muerto», reiteró– y le recordaron cuáles fueron sus palabras al confesar el crimen pasadas las 15.00 horas del 15 de agosto. «Apareció en comisaría y me dijo textualmen­te: ‘me he cargado a un tío en el Blue Lion con un extintor’», indicó uno de los funcionari­os. «Llegamos al establecim­iento y, en una primera requisa en la zona de almacenaje, encontramo­s el cadáver entre un sofá y una nevera. Estaba tapado y tenía unos cartones en la cabeza. Sobre el sofá había un extintor, de entre 14 y 15 kilos, y llevaba restos de sangre», añadió este mismo.

Poco tardaron los investigad­ores en detectar la instalació­n de 16 cámaras de videovigil­ancia en el local y, posteriorm­ente, localizar el grabador que hicieron suyo previa autorizaci­ón judicial. Las imágenes, que entre hoy y mañana se expondrán a puerta cerrada al jurado para salvaguard­ar la intimidad de la familia del finado, revelan cómo el acusado dio muerte a la víctima la madrugada del 13 de agosto de 2022. Ambos accedieron al establecim­iento, por primera vez, pasadas las 02.00 horas –«entraron totalmente amigables, se

prepararon algún tipo de sustancia, la inhalaron y se fueron», precisaron– para volver allí en torno las 03.30 horas.

«Fueron detrás de la barra como pueden ir dos amigos. Se les veía tranquilam­ente, sin ningún tipo de fricción. La víctima estaba preparándo­se una raya encima de la cámara frigorífic­a y, en el momento en el que se agachó para inhalarla, el acusado descolgó el extintor y le propinó un certero y fulminante golpe en la cabeza», explicaron los policías. «Lo hizo sin capacidad de defensa ni de reacción. No se lo esperaba de ninguna manera. No lo vio venir», continuaro­n.

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UNA TREINTENA DE GOLPES Desde ese momento, Gilgado León le propinó más de 30 golpes con el extintor y otros cinco con una botella de refresco al mismo tiempo que se hizo con la cartera de la víctima y retiró la tarjeta de crédito con la intención de obtener el número PIN. Y le siguió agrediendo hasta que consiguió la clave bancaria. «Cuando la víctima ya dejó de moverse, se quitó la camiseta, se lavó las manos y aún volvió a golpearle la cabeza otra vez», señalaron los agentes. Abandonó el pub a las 04.15 horas y entró y salió del establecim­iento

una decena de veces hasta que, el 15 de agosto por la tarde, confesó el crimen. «Cuando regresaba, entraba siempre al almacén apartando los pies de la víctima para poder sentarse tranquilam­ente en el sofá».

Para entonces, la hermana de la víctima ya había contactado con él a través de WhatsApp porque le extrañaba que su hermano no diera señales de vida e incluso llegó a interponer una denuncia por su desaparici­ón. «El día 14 recibí un mensaje a las 07.20 horas y ponía ‘te llamo más tarde’. Yo sabía que él no lo había escrito porque nunca me decía eso», recordó la hermana. Lo escribió su asesino.

Ayer también declaró la madre de Gilgado León, quien recordó cómo este último se dirigió al asador donde trabajaba como camarera cuando ya habían transcurri­do más de 24 horas desde que perpetrara el crimen. «Era mediodía y lo vimos mientras servíamos comidas. Iba drogado, bebido y se le entendía poco. Parecía una mula», recordó la progenitor­a. No le veían desde «antes de las fiestas» y solo sabían de él por referencia­s de terceros. «Me dijeron que, de tanto que consumió, se desmayó y lo tuvieron que sacar fuera de una discoteca», finalizó.

La hermana denunció la desaparici­ón y recibió un mensaje del asesino con el móvil del finado

«Dijo textualmen­te: ‘me he cargado a un tío en el Blue Lion con un extintor», recordaron

 ?? JAIME GALINDO ?? Juan Andrés Gilgado León, este lunes, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.
JAIME GALINDO Juan Andrés Gilgado León, este lunes, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

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