Barcelona y Nápoles dejan todo para la vuelta
El equipo italiano logró empatar en la recta final
NÁPOLES BARCELONA
Nápoles: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesús, Olivera; Cajuste (Hamd Traorè, m.68), Lobotka, Anguissa; Politano (Raspadori, m.77), Kvaratskhelia (Lindstrom, m.68) y Osimhen (Simeone, m.77).
Barcelona: Ter Stegen; Kounde, Iñigo Martínez, Araújo, Cancelo; De Jong, Gundogan, Christensen (Oriol Romeu, m.86); Pedri (Joao Félix, m.86), Lamine Yamal (Rapinha, m.80) y Lewandoski.
Goles: 0-1, m.60: Lewandoski; 1-1, m.75: Osimhen.
Árbitro: Felix Zwayer (Alemania). Amonestó a De Jong (m.16) y Chirstesen (m.78) por parte del Barcelona.
El Barcelona hizo casi todo lo que tenía que hacer en la casa de Maradona, pero le faltó lo más importante, le faltó matar cuando pudo, cuando dominaba tras el tanto de Lewandoski y el Nápoles pululaba desahuciado, y dejó vivir a un equipo al que solo le hizo falta un disparo entre los tres palos, el del enmascarado Victor Osimhen tras un error de Íñigo Martínez, para dejar la eliminatoria abierta de par en par para la vuelta.
El Barcelona comenzó el duelo con todo el poso y autoridad que tenía que mostrar ante un rival mermado por el despido de su entrenador, pero acabó
con la soga al cuello, superado por las embestidas finales de un Nápoles que tiró más de corazón que de cabeza y que contrarrestó su inferioridad general con un destello individual, con una acción de Osimhen, facilitada por la premura de Íñigo Martínez, para marcar en el único disparo a puerta del equipo italiano.
Por su parte, el Oporto logró una victoria en casa ante el Arsenal in extremis, concretamente en el minuto 94, con un buen gol de Galeno desde fuera del área. Pese al claro dominio del equipo inglés dirigido por Mikel Arteta, con una notable superioridad física, los visitantes no tiraron a puerta y los portugueses aprovecharon su oportunidad.