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Catedrático de Microbiología. Lidera la vacuna aragonesa de la tuberculosis
Esteban Rodríguez, CEO de Biofabri, cree que la vacuna contra la tuberculosis diseñada en Aragón va a suponer un hito mundial como el de la vacunación masiva de la viruela. ¿También lo cree usted así?
– – Así preguntado… Cuando empezamos, éramos muy poquitos en la universidad, después se unió Biofabri en 2008. Ahora, si contamos con los equipos americanos, todas las personas implicadas en los ensayos clínicos, tanto en bebés –más de mil madres que han dado permiso para vacunarlos– como en adolescentesadultos, y si se demuestra la seguridad en adultos como se ha mostrado en los modelos animales y bebés y aunque nos falta el marcador de la protección, sí, es un hito importantísimo.
– Parece mentira que aún no se cuente con una vacuna.
– En septiembre hubo una reunión en la ONU y allí, Mark Hatherill, director de la Iniciativa Sudafricana de Vacuna contra la Tuberculosis, explicaba que si el 1 de enero de este año hubiéramos tenido una enfermedad que iba a producir 1,3 millones muertos y 10 millones de nuevos casos, seguro que la sociedad se pondría, como para el covid, a luchar contra la enfermedad. La tuberculosis lleva matando años. Es una enfermedad que vemos de lejos porque en Zaragoza, en Europa, tenemos un tratamiento. Como se cura no le damos importancia. Parece que está asociada a la pobreza, pero es porque si se mejora la alimentación disminuye la tuberculosis.
– ¿Han encontrado en Biofabri al compañero perfecto?
– Esteban Rodríguez es un emocionado de la vacuna. Montó una empresa de producción para vacunas, que luego sirvió para el covid porque en España no había ninguna fábrica de vacunas para humanos. En 2008 apostaron por MTBVAC y ahora tiene una en Galicia, otra en Portugal y está en conversaciones con India para que se produzca la vacuna. Lo que hemos aprendido con las de covid es que primero tiene que funcionar bien en esta fase tres, pero para que te autoricen tienes que demostrar que puedes producir tantas vacunas como se necesitan. Y solo en bebés al año de BCG (la vacuna actual) se necesitan 200 millones de dosis. Entonces está todo preparado para que en el momento que sepamos que funciona pedir la autorización para producir, porque si no funciona se acaba todo. Pero si tiene una protección del 60%, 70% o un 50% a esta población ya no habrá que tratar, habrá que diagnosticar y tratar al resto de la población. Pero con una vacuna y dando el diagnóstico y el tratamiento podemos pensar en erradicar la enfermedad.
– Y es un proyecto 100% español.
– Así es, creada por la Universidad de Zaragoza, que ha desarrollado una empresa con ayuda europea, pero para la fase de bebés sigue faltando dinero. Querríamos que fuese financiación española.
– Lleva ya 25 años en el proyecto. ¿Qué le llevó a interesarse?
– Llevo más. Fue en los 80 cuando empezamos a poner la genética de Micobacterias en Francia. En el 87 y hasta el 92, que fue cuando vuelvo a Zaragoza. Hubo una epidemia de tuberculosis multirresistente y lo que vimos es que los genes se reactivaban. A partir de ahí intentamos desactivarlos. Nadie en Europa la quería producir porque es un patógeno y nunca se había probado en humanos una cepa de tuberculosis humana atenuada.
¿Se puede erradicar?
–
– Cuando yo estudiaba medicina se hablaba del año 2000, y estamos en el 2024 y hablamos de 2050 o más. Es una enfermedad compleja.
– ¿Por qué?
– Nosotros hemos inactivado el bacilo de la tuberculosis pero no lo eliminamos, lo que buscamos es producir una infección leve, que el individuo reconozca esa bacteria y con ella luche contra la forma patógena de la enfermedad. Esto es importante porque un cuarto de la población mundial, es decir, 2.000 millones de personas, está o han estado infectados y solo una de cada 10 o cada 20 va a desarrollar la enfermedad. Lo que queremos con MTBVAC es que nunca desarrollen una enfermedad. Sabemos que infecta a la persona y cuando esta deja de alimentarse, cuando tiene VIH o te haces mayor y la inmunidad no funciona, es cuando se hace tuberculosis pulmonar y se contagia.
– Hablemos de financiación.
– En EEUU una fundación que vacuna contra el sida va a recibir una financiación de 55 millones para los ensayos en adultos de MTBVAC, por lo tanto tiene una proyección internacional que es muy importante. En la reunión del otro día con el presidente de Aragón es lo que queríamos trasmitirle, y también pretendemos que se reconozca a nivel nacional que es una vacuna española. Biofabri aceptó que sea accesible y universal.
Usted como investigador estará acostumbrado, pero los plazos son muy largos. La valoración en bebés se hará hasta 2028.
– – Es así. Lo normal son 15 o 20 años, nosotros estamos entre 20 y 25 pero por métodos clásicos porque solo se aceleró con el covid porque a los seis candidatos el gobierno americano les dio 2.000 millones para comenzar a desarrollarla. Al final, funcionaron tres. Aquí la inversión puede ser 100 veces menor, pero debe ser dinero público, las compañías saben que no van a ganar. Además, en las vacunas covid se vio que la protección era para dos meses, la nuestra para dos años, así que hay que esperar dos años para valorar.
– ¿Qué más se investiga con la vacuna aragonesa MTBVAC?
– Tenemos a Nacho Aguiló, que está trabajando en cáncer y en MTBVAC. Tiene unos modelos en ratón y varios investigadores trabajando con él. En el modelo de ratón observan que cuando no funciona la vacuna BCG (la que está en vigor) en el caso de cáncer de vejiga no invasivo funciona MTBVAC. Jesús Gonzalo ha hecho todos los estudios y la MTBVAC es de las vacunas que más estudios completos tiene. Esos nervios en la espera los salvamos a base de seguir investigando.
– Si no se demuestra su eficacia, se parará todo. Eso no se plantea.
«En Europa o en España, como se cura, no le damos importancia a la tuberculosis»
– No estamos acostumbrados en España a apostar por proyectos de larga duración, pero en EEUU sí. Unos funcionan y otros fallan pero el que funciona mueve al resto. Estamos muy contentos de que nos apoye todo el mundo, desde el principio, de forma emocional, pero ahora necesitamos pasar de ese apoyo emocional al económico. Esta es la vacuna española y pedimos apoyo, aunque puede que no funcione.