Ucrania dio otra identidad al piloto ruso asesinado en Alicante
Kuzmínov entró en España el año pasado con un pasaporte oficial y nombre ficticio Se alojaba en una zona con una nutrida colonia de ucranianos y también de rusos
Se hacía pasar ante las autoridades españolas por Ihor (o Igor) Shevchenko, pero era un nombre ficticio para el pasaporte ucraniano GG843153. En el documento, al que ha tenido acceso este diario, aparece con su fisonomía sin alteraciones, con el flequillo y facciones con que se hizo famoso en Rusia y Ucrania en agosto pasado, tras atravesar el frente de guerra con el helicóptero Mi-8 que le había confiado el Ejército ruso y entregarse a las fuerzas de Kiev en una base de Járkov.
El excombatiente ruso Maxim Kuzmínov, piloto militar asesinado a tiros en Villajoyosa (Alicante) el día 13, entró en España en octubre con un pasaporte auténtico e identidad ficticia. Un nombre proporcionado por autoridades ucranianas según la principal hipótesis de fuentes de la Seguridad del Estado. Llegó tras un periodo de interrogatorios, recuperación de heridas y refugio a cargo de las Fuerzas de Defensa de Ucrania, hasta su viaje a España camuflado entre la amplia diáspora ucraniana. La Guardia Civil sigue sin confirmar que el cadáver que levantó el 13 de
febrero sea el de Kuzmínov. El documento del que estaba en posesión se emitió el 22 de septiembre y le describe como ciudadano de Donetsk nacido el 15 de septiembre de 1990; o sea, de 33 años de edad, cinco más de los que tenía.
/
INCÓGNITAS En la Seguridad del Estado se investiga si fue el Gobierno de Kiev el que le proporcionó identidad falsa y quiénes en España conocían esa circunstancia. No obstante, no se descarta el detalle de que, durante la guerra, Rusia se ha hecho también con grandes partidas de pasaportes auténticos ucranianos que su ejército puede manejar. Además, forma parte de las pesquisas una lista
no menor de incógnitas que rodean a su muerte. Según la respuesta que obtengan esas preguntas, podría confirmarse que ha sido utilizado territorio español para una ejecución derivada de la guerra en Ucrania, o sea, que se ha producido un fallo de seguridad con un refugiado.
Maxim Kuzmínov se alojaba en una zona de Alicante con numerosos ucranianos y también rusos. Y eso pese a que no era un personaje anónimo, por la difusión mediática que Ucrania le dio a su cambio de bando, decidido supuestamente por oposición a la guerra.
Su deserción les costó la vida a otros dos tripulantes de la aeronave que iban con él, y que fueron tiroteados
en Járkov al no entregarse. Y esa circunstancia, ante la dolorida presión de las familias en Moscú, llevó a la televisión rusa a anunciar que la deserción no quedaría sin castigo.
El modus operandi del crimen es otro aspecto relevante. No es, por su falta de profesionalidad, el estilo de agentes del servicio secreto ruso: fueron ocho tiros, de los que dos no le acertaron y uno no fue mortal. «Un ejecutor del GRU (servicio de espionaje militar ruso) te pega un tiro en el pecho y otro en la cabeza y desaparece inmediatamente con un medio de fuga preparado previamente», explica una de las fuentes consultadas en la Seguridad del Estado.